
En los últimos meses, los titulares de la prensa dominicana se han llenado de noticias sobre “intercambios de disparos” entre agentes de la Policía Nacional y presuntos delincuentes, en los que estos últimos siempre resultan abatidos, pero el más reciente caso en el que cinco hombres murieron ha llenado de indignación a toda la sociedad por lo brutal, injustificado e inexplicable de la acción.
La información dada por la Policía Nacional, haces ocho días de boca de su vocero coronel Diego Pesqueira, daba cuenta de que miembros de esa institución abatieron a cinco delincuentes en la avenida Olímpica, del barrio La Barranquita, en la ciudad de Santiago durante un “enfrentamiento a tiros”, sin embargo, la ciudadanía y familiares de algunos de los fallecidos desmintieron la versión policial.
Puntos de vista
Todas las versiones no policiales explican que no hubo un operativo como se dice. No hubo ningún intento de apresar a nadie, no hubo advertencia; más bien se llegó con la intención de ejecutar a los cinco hombres como si se tratara de una operación para eliminar un cabo suelto o cometer una especie de “asesinato encubierto”.
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La impunidad ante ‘intercambios de disparos’ constante alimenta un ciclo de violencia en el país
Quizás lo que más ha ayudado a alimentar la impotencia e indignación de la opinión pública nacional es la información dada por varios testigos en la plaza de que todos los celulares, cámaras de seguridad y discos duros que grabaron todo lo referido al operativo de los efectivos policiales en este caso, fueron incautados por los mismos agentes después de la masacre.
Lo ocurrido
El hecho se produjo el miércoles 10 de este mes, alrededor de las 2:30 de la tarde, luego de una alegada persecución policial que terminó en un intercambio de disparos en una plaza comercial en la avenida Olímpica, frente a un edificio de apartamentos y negocios, de acuerdo a la versión de la Policía.
Según el mismo reporte, los individuos se desplazaban en un vehículo Kia K5 blanco, desde el cual habrían abierto fuego contra los agentes al llegar al lugar.
Sin embargo, las versiones de testigos oculares y familiares de algunas de las víctimas contradicen la versión oficial.
“Los policías que vinieron se llevaron todas las cámaras del lugar. La acción policial yo la califico de 100 % mala. Cómo usted cree que pueden venir aquí tirando tiros y un joven barbero que se asusta y sale corriendo, y a quien estaba recortando lo matan, y no mataron más porque no había más gente” dijo Emil Valerio, testigo.
“Mi esposo Julio Alberto Gómez, de 28 años, salió de mi casa después de comer y vino a recortase a esta barbería como lo hacía todas las semanas. Él era mecánico y prestamista. Él nunca ha tenido problemas con el Dicrim. Maldito abusadores, de una vez quieren hacer una pantalla dizque ellos venían a atracar”, dijo una joven que se identificó como Elaine esposa de Alberto Gómez.
Este patrón cada vez más recurrente ha encendido las alarmas en la sociedad civil y ha provocado un debate sobre la legitimidad de estos enfrentamientos, que para muchos se han convertido en un método de ejecución extrajudicial, que usa la Policía por múltiples razones.
La situación es más compleja de lo que parece a simple vista, ya que desde hace un tiempo estas acciones de la Policía se vienen intensificando sin que ninguna autoridad investigue estos casos, y aunque es cierto que la sociedad dominicana vive un aumento de la delincuencia y la violencia, este tipo de acciones lo que hace es empeorar la atmósfera de tranquilidad y sosiego en que se debe vivir.
En muchas ocasiones solo Manuel María Mercedes, quien es el director ejecutivo de la CNDH-RD (Comisión Nacional de los Derechos Humanos de la República Dominicana) ha denunciado estas acciones en donde la falta de un debido proceso judicial en estos casos es una violación flagrante de los derechos humanos.
Otras de las grandes preocupaciones de la ciudadanía es la impunidad que rodea estos “intercambios de disparos”, ya que a pesar de que la ley establece que cada vez que una persona muere a manos de un agente del orden, se debe abrir una investigación, la realidad es que la mayoría de estos casos no llegan a ser esclarecidos.
No se investiga, no se sanciona y no se rinde cuentas. Esto crea un ciclo de violencia y un mensaje a la sociedad de que los derechos humanos no importan.
Los fallecidos
Los fallecidos son Elvis Antonio Jiménez Rodríguez, de 26 años; Julio Alberto Gómez, de 28 (mecánico y prestamista); José Vladimir Valerio Estévez (barbero), de 25; Edward Bernardo Peña Rodríguez, de 35; y Carlos Enrique Guzmán Navarro, de 40.
Intercambios
Los denominados “intercambios de disparos” de la Policía Nacional han dejado un saldo de 170 muertos al 5 de septiembre de 2025. Esta cifra aumenta en 18 los casos reportados en ese mismo período de tiempo el año pasado, según datos estadísticos de la misma institución.
Son muchos intercambios de disparos protagonizados por la policías en donde han muerto incluso militares, sin embargo estos siguen ocurriendo con toda la impunidad sin que nadie investigue nada. de una vez el Ministerio Público ha ordenado una investigación.
Asesinato encubierto
El asesinato encubierto u homicidio disfrazado no es una figura penal en sí misma, sino que se refiere a una muerte que se oculta o se presenta de manera que parezca un accidente, en otras palabras, es donde la muerte de una persona específica se oculta dentro de una masacre o un evento violento más grande para que parezca aleatorio.