Las tierras raras se han convertido en uno de los recursos estratégicos más codiciados del mundo. Son un grupo de 17 elementos químicos indispensables para la fabricación de tecnologías avanzadas. Se utilizan en turbinas eólicas, vehículos eléctricos, imanes de alto rendimiento, láseres y dispositivos electrónicos de uso cotidiano. En este escenario global, República Dominicana ha identificado cuatro elementos de gran ganancia: Itrio, Neodimio, Lantano y Gadolinio. Todos se encuentran en yacimientos de bauxita en la provincia de Pedernales.

El hallazgo en Pedernales
La Reserva Fiscal Ávila, en Pedernales, es la zona con mayor potencial para la explotación de tierras raras en el país. Muestreos geoquímicos confirmaron la presencia de los cuatro elementos que podrían cambiar el rumbo de la minería dominicana:
- Itrio (Y): utilizado en superconductores, láseres, pantallas LED y materiales resistentes a altas temperaturas.
- Neodimio (Nd): clave para fabricar imanes de alto rendimiento, esenciales en motores eléctricos y turbinas eólicas.
- Lantano (La): aplicado en baterías recargables, lentes ópticos y catalizadores industriales.
- Gadolinio (Gd): empleado en equipos médicos de resonancia magnética, reactores nucleares y sistemas de refrigeración avanzada.
El gobierno dominicano, consciente de la importancia de este hallazgo, creó en 2024 la Empresa Minera Dominicana (Emidom). Esta institución liderará la exploración y explotación de los recursos estratégicos. Con la iniciativa, el país busca integrarse en la cadena global de suministro de minerales críticos, un sector dominado por potencias como China, que concentra casi el 90 % del refinado mundial.
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Oportunidad para diversificar la economía nacional
El sector minero ya representa alrededor de un 2 % del PIB dominicano, con ingresos superiores a RD$ 89,000 millones en 2020. La mayor parte proviene de oro, ferroníquel y cobre. La explotación de tierras raras abre la posibilidad de diversificar la economía hacia sectores de mayor ganancia agregado.

República Dominicana podría convertirse en proveedor de materias primas y en un hub tecnológico del Caribe. Esto le permitiría producir componentes para baterías, semiconductores y dispositivos electrónicos. Actualmente, el 87 % de las exportaciones de equipos electrónicos dominicanos se dirigen a Estados Unidos, lo que demuestra la infraestructura existente para dar este salto productivo.
Además, la ubicación geográfica del país, junto con su estabilidad política y social, lo convierten en un destino atractivo para empresas que buscan relocalizar sus cadenas de suministro en América.
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Sostenibilidad y talento humano
La oportunidad también presenta desafíos. La explotación de tierras raras es un proceso complejo que requiere un estricto control ambiental. La minería sostenible será esencial para que los beneficios económicos no se traduzcan en impactos negativos para comunidades y ecosistemas.
El país enfrenta también el reto de formar talento especializado. A nivel global, se estima que para 2030 habrá un déficit de más de 40,000 profesionales en minería y procesamiento de minerales. Universidades como INTEC y UTECO ya adaptan sus programas para preparar ingenieros, geólogos y técnicos en sostenibilidad. Asimismo, INFOTEP ofrece formación en minería a cielo abierto.
La colaboración entre Estado, academia y sector privado (conocida como modelo de triple hélice) será clave para construir una industria competitiva y responsable.
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Un futuro ligado a la transición energética
El hallazgo de estas cuatro tierras raras en Pedernales coloca a República Dominicana en una posición privilegiada frente al futuro energético. Según la Agencia Internacional de Energía, la demanda de minerales críticos como neodimio y lantano se multiplicará por 30 hacia 2040. Este crecimiento estará impulsado por el auge de los vehículos eléctricos, los paneles solares y las turbinas eólicas.
Si el país logra aprovechar esta oportunidad, no solo incrementará sus ingresos por exportaciones. También podrá consolidarse como un jugador estratégico en la transición hacia energías limpias, contribuyendo a un futuro más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles.
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