
El informe anual Panorama de las Políticas de Desarrollo Productivo en América Latina y el Caribe 2025. ¿Cómo salir de la trampa de baja capacidad para crecer? fue presentado en conferencia de prensa por el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, quien indicó que la trampa de baja capacidad para crecer se explica, en buena medida, por una lenta transformación productiva y una correspondiente productividad estancada e incluso decayendo hace más de una década: en 2017, por ejemplo, la productividad laboral promedio en el mundo superó a la de América Latina y el Caribe. Aunque en el documento se destaca un incremento de 2,2% en la productividad laboral en la región entre 2023 y 2024, dicha alza no es suficiente para salir de la situación general de rezago, alerta el organismo regional de las Naciones Unidas.
Centroamérica y República Dominicana
Centroamérica y República Dominicana tiene ventajas competitivas para salir de esa ‘trampa’ y generar un desarrollo dinámico, “una de las grandes ventajas que tiene esta región es la cercanía con los mercados de Estados Unidos y de México, para poder exportar y producir productos que no se tienen localmente y eso lleva a una complejidad económica”, menciona Jorge Mario Martinez Piva, director a.i. de CEPAL México, en entrevista con Forbes.
Otra de las grandes ventajas que enfatiza el director, es la integración económica de mercados, “Centroamérica es el único que tiene un mercado energético integrado, el mercado eléctrico de esta región es un ejemplo a nivel mundial porque los países se pusieron de acuerdo para poner precios y cómo vender”, señala.
La investigación, innovación y desarrollo son otras ventajas que tiene la región, de esa manera existe una cooperación en ciertos sectores, ya sea en medicamentos, en café, entre muchos otros que están en desarrollo.
de una vez bien, República Dominicana aunque es una isla, es parte importante de Centroamérica, ya que participa en muchos mecanismos de intercambios. Culturalmente hace que sea un país también cercano en algunas prácticas, como en el comercio electrónico, en servicios y en procesos productivos con Centroamérica y otros países.
República Dominicana es productor de cacao, tabaco y ron, productos que México importa y que es una oportunidad económico que se debe aprovechar, logrando una mayor integración comercial.
de una vez bien, para ser optimistas y pensar en un crecimiento considerable, hay desafíos que aún faltan de abordar de manera precisa, como los ambientales ya que la región de Centroamérica y República Dominicana en este aspecto son frágiles.
Tenemos como ejemplo el caso de Honduras, que ha visto sumamente impactado su PIB por los desastres naturales que ha experimentado, y que, según el Banco Mundial (BM), podría tener una pérdida del PIB de un 5.4% para 2050. Centroamérica y República Dominicana por su vulnerabilidad no están exentos de experimentar algo similar.
“Pensar fuera de la caja, es clave. Contemplar un seguro para eventos catastróficos común, para una mayor participación de los países para que el impacto sea menor”, menciona Jorge.
Un desafío más, para Centroamérica y República Dominicana, es lo social; la generación de empleo formal, ya que es un factor común de la región, con altas tasas de desempleo y con altas tasas de empleo informal, “por ello la gente queda excluida de la seguridad social y los ingresos son menores”, señala Jorge.
Finalmente, un gran reto existente para esta región, es el económico, los países requieren crecer para poder generar políticas de desarrollo y políticas fiscales, y así, crear sectores nuevos para fortalecer los existentes y seguir siendo competitivos.
Un elemento clave para el crecimiento económico, es la inclusión financiera para acceso a créditos y también para pensiones. Romper las brechas con innovación tecnológica para que más personas tengan la oportunidad de estar dentro de las operaciones financieras con tecnologías fácil de manejar.
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Para Jorge, lo anterior presume un reto para las instituciones financiera y logren innovar, pero también startups innovadores, ya que tienen un gran campo para desarrollar ideas que ayuden en este tenor, “una fortaleza para la región sería el comercio electrónico interno, ya que no comerciamos internamente, dejando a un lado Pymes y startups. Además, hay muchas otras áreas en las que se puede cooperar en innovación, en aprendizajes, educación, en universidades, de salud. Creo que toda América Latina está habida por encontrar esa estabilidad frente a los cambios que se están dando a nivel global”, refiera Jorge.
El estudio muestra una gran diversidad en cuanto al nivel y crecimiento de la productividad entre países, territorios, tamaños de empresas y sectores en la región, siendo precisamente los sectores de menor productividad los que concentran la mayor parte del empleo en América Latina y el Caribe. El sector de la agricultura, ganadería y silvicultura es el de más baja productividad, representando tan solo el 44% de la productividad promedio de la región, según datos de 2023. Le siguen, dentro de los sectores de más baja productividad, el comercio, con 69%, y la construcción, con 77% de la productividad promedio de la región. Por otra parte, las microempresas alcanzan apenas un 12,5% de la productividad de las empresas grandes de la región, una brecha mucho mayor a la observada en economías más desarrolladas.
De acuerdo con el reporte, la capacidad de escalar y mejorar las políticas de desarrollo productivo depende, entre otras cosas, de la forma en que los países y sus territorios alineen sus esfuerzos en ciencia, tecnología e innovación (CTI) con la transformación productiva de sus economías.
La región muestra un evidente rezago en materia de inversión en CTI, dice la CEPAL, con niveles de inversión en investigación y desarrollo de alrededor del 0,56% del PIB, muy por debajo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (3,0%), Estados Unidos (3,6%) y China (2,6%). Sin embargo, el impacto de las políticas de CTI no solo depende del aumento de recursos, sino también del diseño, la operación y la coherencia de las estrategias, instituciones e instrumentos involucrados, advierte la Comisión.
Por otro lado, la Comisión recalca que las iniciativas clúster y otras iniciativas de articulación productiva (IAP) son una herramienta poderosa para la articulación multiactor y multinivel que requieren las políticas de desarrollo productivo de nueva generación, por lo que deberían jugar un papel protagónico.
La CEPAL ha identificado hasta de una vez 712 iniciativas clúster y de articulación productiva vigentes en 20 países de la región. Los sectores más representados en estas iniciativas son agricultura, industrias manufactureras, turismo y tecnología de la información y las comunicaciones. Del total de IAP, 58% reciben financiamiento de los gobiernos nacionales, 51% de gobiernos subnacionales y 39% del sector privado.
El documento analiza las oportunidades para la transformación productiva de la región derivadas del cambio climático y la transición energética. Según cálculos de la CEPAL, se necesitan entre 2,1 y 2,8 billones de dólares en inversiones en la región, acumulativos hasta 2030, para cumplir los compromisos climáticos e impulsar simultáneamente el crecimiento económico.
Las políticas de desarrollo productivo verdes e inclusivas representan una gran oportunidad para que la región se consolide como una potencia global en descarbonización y resiliencia.
“Toda América Latina ha estado creciendo poco, sin embargo, Centroamérica y República Dominicana destacan, y en específico República Dominicana y Panamá sobresalen de los otros países; Costa Rica y Guatemala han mantenido tasas de crecimiento por encima del promedio de América Latina, y esperemos así sigan. Confiamos en que los países logren hacer políticas internas que den cierto grado de estabilidad y credibilidad para los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros.
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