La insolencia de los grupos de la diversidad sexual, que se amparan bajo el concepto de “cultura” o de “manifestaciones artísticas alternativas” han violentado símbolos de todo tipo: religiosos, de instituciones sociales o referentes morales; incluso en varios países han atentado contra los símbolos patrios.
Hemos atestiguado como banderas nacionales han intervenidas con símbolos LGBT y ya esa violencia se traslada también a una apócrifa interpretación del himno nacional de República Dominicana.
Un colectivo LGBT presentó públicamente en redes sociales una versión modificada del Himno Nacional dominicano, bajo el título de “Himno Nacional Lésbico Dominicano”, sustituyendo los versos originales de Emilio Prud´Homme por una nueva letra con enfoque en identidad de género, orientación sexual y críticas sociales.
La acción constituye una violación directa a la Constitución de la República Dominicana, que establece que el Himno Nacional es único e invariable. La ley prohíbe expresamente cambiar su letra o su naturaleza solemne, incluso en contextos de protesta. También infringe varios artículos de la Ley sobre los Símbolos Patrios.
La pregunta es ¿hasta cuándo y hasta dónde se va a tolerar que estos grupos abusen, sin que tengan repercusiones sus actos?
Si algún grupo, por alguna razón, decidiera, por ejemplo, quemar banderas LGBT, el escándalo mediático sería enorme, inimaginable, así como las acusaciones por violar derechos humanos, que “lloverían” en los juzgados y en las oficinas.
Se han erigido multitud de “policías morales” para frenar “todo tipo de violencia” hacia el colectivo LGTBIQ+, aunque es claramente notorio su sesgo ideológico, que no es otro más que el de imponer los criterios de la ideología de género.
El Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia que presido expresa su rotundo repudio a este abuso de los grupos de la diversidad sexual en contra de los símbolos patrios de República Dominicana.
Y hacemos votos porque se establezcan medidas ejemplares que impidan que este tipo de acciones se sigan realizando en las naciones de nuestro continente.
Por el alma de América.