
Cada línea marcada en sus manos desgastadas por el tiempo y en su maltratado rostro, cuentan la historia de la señora Margarita Gutiérrez, quien dedicó 18 años de su juventud a trabajar en el Ayuntamiento de la Alcaldía de Santo Domingo Este, limpiando a golpe de sol y lluvia, las calles de este municipio. Cuando el cansancio le venció y sostener su escoba era la más dura de las batallas, fue excluida del sistema de pensiones, el cual está regulado por la Ley 87-01, que establece el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), gestionado por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) que tiene como objetivo garantizar una jubilación digna a los trabajadores, mediante el ahorro obligatorio durante su vida laboral. No obstante, ese retiro “digno” nunca llegó a sus manos porque cuando fue a cobrar su pensión, quien se quedó con esos 18 años de trabajo fue uno de sus tres hijos, que le acompañó en el proceso de retirar su jubilación y apoderándose del dinero reembolsado por su AFP. Es por ello que actualmente su única fuente de subsistencia es de seis mil pesos mensuales otorgado por el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape).
Margarita es viuda, tiene 82 años, reside en la Manzana B del edificio 6, apartamento 2, en el barrio Ámbar de Los Mina. Vive con su otro hijo Daniel Gutiérrez, de 53 años de edad, que sufre esquizofrenia y es alcohólico. A este desafortunado panorama se le agrega que una vecina del modesto edificio donde habita la tiene aterrorizada con amenazas verbales y hasta -según versiones de doña Margarita- con un machete le intimida. “Fui al Conape hace tres años y puse la querella, me oyeron todo lo que dije, y le pusieron una orden de alejamiento, pero aún así ella no ha dejado de molestarme”, relata entre desesperado e impotente sollozo, al tiempo que afirma que a su caso no se le ha dado seguimiento y teme por su vida y la de su hijo. Su testimonio es uno de los 2,926 maltratos a envejecientes registrados en el Conape. Margarita ha sido víctima de varios tipos de abusos: conflictos familiares, maltrato psicológico, económico, descuido, negligencia y la terrible experiencia de envejecer con un hijo con severa condición de adicción y enfermedad mental.
Mayores abusadores son los hijos y nietos
La doctora Rosy Pereyra Ariza, quien viene investigando este tema desde el 1983 cuando retornó al país luego de concluir sus estudios de geriatría en Inglaterra, llegó a la conclusión de que el abuso puede ocurrir una sola vez, pero también se puede conv algo repetitivo, que atenta contra la estabilidad física o emocional de un envejeciente, el cual es ejecutado por una persona con la cual se suponía tenía una relación de confianza. “Así se descubre que los mayores abusadores eran los hijos y nietos, entonces se comienza a estudiar realmente qué estaba y realizamos 54 estudios en 29 países en los hogares de ancianos, en las casas o en sus comunidades y en esa oportunidad se encontró que el 15.7% de las personas entrevistada había sufrido algún tipo de abuso”.

Protocolo del Conape
Cuando es recibida una denuncia de abuso o maltrato, se procede a su registro en el módulo de denuncias del sistema integral del Conape y se vincula con el expediente del adulto mayor. La misma es evaluada y analizada por los analistas legales del Departamento de denuncias y Seguimiento de casos.
Según la situación, se identifica el tipo de procedimiento y/o protocolo a aplicar para su intervención. En los casos de adultos mayores en estado de vulnerabilidad, abuso físico, maltrato psicológico, abandono en hogares u hospitales se conforma con los departamentos de salud, desarrollo social, una unidad multidisciplinaria que realiza un descenso y la visita domiciliaria al domicilio del adulto mayor o al lugar donde se identifica el abuso. En esta intervención se evalúan los aspectos de salud, psicológico, sociofamiliar del adulto mayor y se investiga la situación denunciada.
Posteriormente, se procede a la elaboración de un informe multidisciplinario y se identifica la línea de intervención a ampliar en cada caso abordado.
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Denuncia el abuso
El Conape tiene una fiscalía especializada contra abuso y maltrato a los adultos mayores, adscrita al departamento de Derecho Humano de la Procuraduría General de La República. Para enfrentar el maltrato en los adultos mayores tiene varias vías de denuncia del abuso como son las solicitudes canalizadas por fiscalías, centros de mediación familiar, casas comunitarias de justicia u otras instituciones públicas o privadas, en la recepción de su sede central, en los Hogares de Día distribuidos en las diferentes regiones del país y los teléfonos (809) 688-4433 Ext: 8028/8130 y correo denuncias@conape.gob.do