
República Dominicana ha dado un paso decisivo hacia la diversificación de su matriz energética. El Gobierno firmó un contrato de producción compartida con el consorcio dominicano-estadounidense Global Min. Gracias a este acuerdo, será posible iniciar la exploración y eventual explotación de hidrocarburos en varias provincias del norte y noroeste del país. En consecuencia, se considera una apuesta estratégica para garantizar la seguridad energética en el futuro.
El convenio forma parte de la Primera Ronda Petrolera, un proceso competitivo desarrollado bajo la normativa vigente. Actualmente, está pendiente de aprobación por parte del Congreso Nacional. Además, según el Ministerio de Energía y Minas, las concesiones abarcan zonas con alto potencial en hidrocarburos líquidos y gaseosos. Entre ellas destacan Montecristi, Dajabón, Valverde, Puerto Plata y Santiago.
Un acuerdo con beneficios económicos y sociales
Uno de los aspectos más relevantes del contrato es que el Estado dominicano recibirá al menos el 43 % de la renta petrolera total. De esta forma, se busca asegurar que los beneficios se traduzcan en ingresos para el país y en proyectos de impacto social.
El acuerdo fue firmado por el ministro de Energía y Minas, Joel Santos, y por el representante del consorcio, Félix Manuel Santana Reyes. Asimismo, el documento establece un plazo de 11 años para cubrir las fases de exploración y explotación de los bloques adjudicados.
Por otro lado, el contrato contempla la creación de empleos directos e indirectos, además de programas de formación técnica para jóvenes y acciones de desarrollo comunitario. De esta manera, el impacto no se limita al sector energético. Al contrario, fortalece la capacitación laboral y dinamiza la economía local.
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Inversiones sin comprometer recursos fiscales
En cuanto al financiamiento, el contrato asegura que el consorcio asume todos los riesgos, costos e inversiones. Global Min será responsable de aportar la tecnología, los equipos y el capital necesarios para ejecutar las fases de exploración y producción.
Por lo tanto, el Estado no compromete recursos fiscales. En lugar de financiar directamente las operaciones, el país se beneficia de la experiencia del consorcio. A su vez, este aplicará prácticas modernas y eficientes en el desarrollo de los bloques energéticos. Para Joel Santos, este modelo de cooperación público-privada representa una oportunidad histórica.
Se trata de un proyecto que puede confirmar el potencial energético de República Dominicana y sentar las bases de una mayor independencia y seguridad energética”, afirmó durante la firma.
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Protección ambiental y sostenibilidad
Sin embargo, la exploración y explotación de hidrocarburos plantea importantes retos medioambientales. Por esa razón, el contrato incluye cláusulas estrictas de protección ambiental y seguridad industrial. Las operaciones deberán cumplir con estándares internacionales de sostenibilidad.
Esto implica el uso de tecnologías y prácticas que minimicen el impacto en las comunidades y en el entorno natural. En este sentido, para un país que promueve el turismo sostenible y la protección de sus recursos, la condición resulta esencial. La meta es clara: evitar que la explotación de hidrocarburos entre en conflicto con la preservación de los ecosistemas o con la imagen internacional de República Dominicana como destino verde.
Confianza en el potencial energético
Por su parte, Félix Manuel Santana Reyes, representante de Global Min, resaltó la confianza depositada en el consorcio.
La exploración terrestre es un proceso costoso que requiere años de trabajo minucioso para mapear recursos e identificar hidrocarburos recuperables en términos económicos. Estamos satisfechos de asociarnos con República Dominicana y agradecemos la confianza puesta en nosotros para ayudar al país a gestionar el desarrollo de su potencial energético”, expresó.
Del mismo modo, cabe destacar que Global Min está conformado por la empresa dominicana del mismo nombre y la estadounidense Lumina Geophysical. Esta última cuenta con experiencia en proyectos de exploración en América Latina y el Caribe. Así, la alianza busca combinar conocimiento local y tecnología internacional para aumentar las probabilidades de éxito.
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Un paso estratégico para el futuro energético
En definitiva, la firma de este contrato marca un hito en la historia energética del país. Hasta ya, República Dominicana no es productora de hidrocarburos y depende de las importaciones para cubrir su demanda.
Aunque la exploración es apenas el inicio de un proceso largo y complejo, la posibilidad de identificar y aprovechar reservas de petróleo o gas representa un cambio trascendental.
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