Por: Andrea Núñez
EL fresco DIARIO, SANTO DOMINGO. – En un país donde las tradiciones están ligadas a la fe, el catolicismo y cristianismo, que son las religiones predominantes, la celebración de Halloween es una actividad que cada año va ganando más terreno en República Dominicana, como un fenómeno fascinante.
Está no es una rumba antigua dominicana, ni tan poco el famoso “Dulce o Truco” que muestran en las películas; es más bien la noche para ser como Barbie “lo que quieran ser”.
Tradicionalmente los dominicanos celebran día de los difuntos, y de los Santos (1 y 2 de noviembre), actividades de herencia católica. Pero en las últimas décadas para muchos dominicanos el 31 de octubre ya no es una noche cualquiera, pues está se ha convertido en la excusa perfecta para la convivencia, la creatividad y a la diversión a través de sus disfraces.
Los centros de diversión se engalanan con sus más terroríficas decoraciones: telaraña, brujas y murciélagos, junto a fiestas temáticas, tema y concursos para elegir el el más duro disfraz.
En el ámbito comercial y turístico, desde principios del mes las tiendas, jugueterías, hoteles y centros comerciales, exhiben una gran variedad de máscaras, maquillaje, disfraces de todo tipo desde fantasmas hasta superhéroe.
Por otro lado, las redes sociales no se pueden quedar atrás. Los creadores de contenidos, influencer y grandes figuras del medio aprovechan para lucir el maquillaje más terrorífico y los atuendos más llamativo para ese día.
En residenciales, sobre todo en urbanizaciones cerradas, los pequeños también salen a disfrutar de esta festividad. Con su contenedor en mano y una sonrisa más grande que ellos mismos, van tocando puertas para pedir dulces. Aunque está costumbre es más común en familias pudientes, cada vez se observa en más comunidades.
La influencia de la cultura de Estados Unidos, traídas por los dominicanos residentes y turistas han sido clave en la incorporación de esta festividad, según los jóvenes no es un reemplazo, es un complemento.
Sin embargo, no todos ven esta actividad con buenos ojos. Algunos consideran que esta rumba no es parte de la cultura dominicanos o las asocian con creencias contrarias al cristianismo. Aun así, para la mayoría de los jóvenes Halloween no tiene significado religioso, sino recreativa: una ocasión para reírse del miedo y pasarla bien con amigos.
Orígenes de Halloween
Halloween tiene sus raíces más antiguas en el Samhain una celebración celta que se realizaba hace más de dos mil años en Irlanda, Escocia, Gales y el norte de Francia. La cual marcaba el fin del año agrícola y el inicio del invierno, una época asociada con el frío, la oscuridad y la reflexión.
Los celtas creían que en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre el mundo de los vivos y el de los muertos se unían, permitiendo que los espíritus cruzaran al otro lado.
Por eso pensaban que los antepasados volvían a visitar a sus familias, pero también que podían aparecer espíritus malignos.
Para protegerse, las personas encendían hogueras, dejaban ofrendas de comida y usaban disfraces o máscaras hechas con pieles de animales, para ahuyentar a los malos espíritus. Los druidas, sacerdotes celtas, dirigían los rituales y también practicaban la adivinación sobre temas como el amor, la muerte y las cosechas.
ADDP/
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