
El jurista José Martínez Hoepelman calificócomo una injerencia grosera y un irrespeto a la soberanía nacional las declaraciones emitidaspor el diputado español Luc André Diouf Dioh, quien, durante un encuentro celebrado en elpaís con el grupo “Amigos que Suman”, sugirió que la República Dominicana debía“normalizar la situación de los haitianos” e implementar mecanismos de regularizaciónmasiva de extranjeros.
Martínez Hoepelman sostuvo que las expresiones del legislador europeo constituyen unaintromisión inaceptable en los asuntos internos del Estado dominicano, recordando que el diseño y ejecución de políticas migratorias corresponden exclusivamente a las autoridadesnacionales, conforme al principio de soberanía consagrado en el artículo 3 de la Constituciónde la República, que establece que “la soberanía nacional es inviolable, y ninguna parte delpueblo ni individuo alguno puede atribuirse su ejercicio”.
“El diputado español, aun con la buena intención que pretendan sus sugerencias, no tieneautoridad moral ni jurídica para dictar pautas sobre cómo debe la República Dominicanamanejar un fenómeno tan delicado como el de la migración haitiana.
Este tipo deplanteamientos, provenientes de un representante extranjero, cruzan la línea del respetodiplomático y vulneran el principio de no intervención reconocido en el artículo 26, numeral1, de nuestra Constitución, así como en la Carta de las Naciones Unidas y la Carta de laOrganización de Estados Americanos (OEA)”, afirmó Hoepelman.
El jurista advirtió, además, que la República Dominicana ha sido históricamente un paíssolidario y cooperante, pero destacó que esa solidaridad no puede confundirse con sumisiónni con cesión de soberanía ante presiones externas o discursos paternalistas que pretendenimponer soluciones ajenas a nuestra realidad.
“La migración es un tema de seguridadnacional, de planificación estatal y de dignidad institucional. Cualquier propuesta queimplique alterar ese marco debe surgir del consenso dominicano, no de iniciativasextranjeras”, enfatizó.
Martínez Hoepelman concluyó afirmando que la defensa de la soberanía no es ni puedeinterpretarse en ningún contexto como un acto de xenofobia ni de hostilidad, sino unaobligación patriótica y un principio esencial del derecho internacional.
“RepúblicaDominicana es un Estado libre, independiente y soberano. Ningún actor externo seagobierno, organismo internacional o parlamentario extranjero puede pretender dictarle supolítica migratoria o condicionar su autodeterminación”, precisó.