
La calidad de la educación en la República Dominicana está situada en asuntos clave como la inclusión y la equidad, incluyendo la innovación y la construcción de ciudadanía. De igual forma se incluye la calidad de los egresados en correspondencia con las oportunidades de empleo, la que debe tender a grados altos de empleabilidad como necesidad para elevar niveles de vida.
También tiene que mirar con la autonomía o la independencia económica de los graduados al ejercer sus prácticas, al igual que de la participación de los diferentes actores socioeconómicos con respecto a facilidades para acceder a préstamos y oportunidades en las empresas existentes, con el objetivo de que los egresados tengan posibilidades de poner en acción su competencias, innovación y creatividad.
La calidad de la educación no es un asunto de la familia y de la comunidad, tiene que mirar con oportunidades, asesorías y motivación temprana para emprender. Cambiando el paradigma de mentalidad de empleo hacia uno de creación de empleos.
Por último y no menos importante, es bueno destacar, que la calidad de la educación está relacionada en los comienzos de la escolaridad, con cuestiones como la flexibilidad en aspectos esenciales y que tienen que mirar con el acceso, la permanencia y la metodología a utilizar en los procesos de la enseñanza y los aprendizajes.
La familia es cuestión clave, porque sirve de apoyo y soporte emocional en una multiplicidad de cuestiones que no se limitan al acompañamiento y la motivación, sino que trascienden hacia la comprensión y la empatía. Para alcanzar la estrategia anterior, es importante enfatizar, que la gestión institucional debe desarrollarse a través de un liderazgo transformador, que procure fomentar la convivencia positiva y el uso adecuado del binomio tiempo-recursos. Este proceso directivo debe estar debidamente acompañado de una implementación tecnológica pertinente en el aula, efectiva en los laboratorios, activa en las investigaciones y equitativa en la evaluación de los aprendizajes.
Otros aspectos trascendentes son la inclusión y de la equidad. Al referirnos a ellas, se hace necesario destacar que el sistema educativo debe garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su origen, condición social o condición física, tengan acceso a una educación de calidad, una cuestión que está garantizada en los derechos individuales. Pero, además las organizaciones educativas tienen que garantizar, que la educación que se imparta sea innovadora, que se implemente con efectividad, aplicando nuevas metodologías y tecnologías actualizadas. Debe ser así, porque el objeto de la acción educativa debe centrarse en mejorar los procesos áulicos, con la mira en el servicio efectivo a la sociedad.
Es que la sociedad dominicana urge de una nueva ciudadanía, formada a través de una activa participación, en donde los participantes aprendan a ser críticos, a ser responsables y a estar comprometidos con cuatro cuestiones clave, es decir, de su entorno social, con la defensa de su nacionalidad, con los deberes cívicos y con los derechos humanos.
A través de sus procesos-situaciones, la escuela debe asegurar que su educación prepara a los estudiantes para el enfrentar mercado laboral con propuestas innovadoras, que han asumido ser solidarios, que son poseedores de una visión crítica y que están listos para desenvolverse en la sociedad con las competencias esperadas por los empleadores y por la comunidad. Para fortalecer lo anterior, la escuela debe fomentar la autonomía de los estudiantes, la participación en el proceso educativo y la flexibilidad en la enseñanza para adaptarse a las necesidades individuales.
Ante todos estos retos, es importante la existencia de una gerencia institucional que sea capaz de orientar la gestión, a través de un Proyecto Educativo de Centro, con un liderazgo transformador que, como equipo directivo, gane autoridad social y logre una convivencia escolar armónica, cohesionada y positiva. Pero, sobre todo para enfrentar la problemática anterior, la escuela debe enfatizar en aspectos básicos, como el uso de tecnología en el aula e integrarla como herramienta didáctica para mejorar la calidad educativa, facilitando el acceso a la información y desarrollando habilidades digitales.
Para mejorar la calidad, el sistema debe también enfocarse en la participación de la comunidad, involucrando padres, maestros, y estudiantes en la toma de decisiones (y de igual forma), en el desarrollo de la escuela.
El Sistema Educativo Dominicano necesita invertir en la formación continua de los docentes, para que puedan implementar nuevas estrategias pedagógicas y adaptarse a los cambios educativos. Para ello, debe elaborar un plan de desarrollo profesional para docentes, directivos y auxiliares de apoyo técnico y administrativo.
Nada de lo planteado puede progresar sin evaluación, por lo tanto, se deben implementar planes de evaluaciones periódicas para medir y reflexionar acerca de los procesos, y de esa forma ajustar la estrategia en sentido general. Si la nación desea una educación de calidad, debe presionar para que sean aplicadas estas ideas en la educación y así los centros educativos logren egresar estudiantes preparados para enfrentar los desafíos personales y los retos de la sociedad del presente siglo.
Por Francisco Cruz Pascual