(Créditos: Jovani Pérez)
Desde su aparición en marzo de 1939 en Detective Comics #27, Batman se convirtió en uno de los símbolos más importantes de la cultura pop. A los largo de 85 años de historia, el hombre murciélago ha sido adaptado a toda clase de medios, y en el proceso, ha construido una mitología única que se ha mantenido prácticamente inmaculado durante todos estos años.
Es de conocimiento general que un joven Bruce Wayne vio morir a sus acaudalados padres a manos de un asaltante, lo que desató un sentimiento de justicia en él que años más tarde lo convertiría en el Hombre Murciélago. Ya como el vigilante de la no tan ficticia Ciudad Gótica, llegarían personajes como Robin, Gatúbela, Batichica, el comisionado Gordon y por supuesto villanos tan históricos como el encapuchado mismo como El Guasón, El Pingüino, Dos Caras y un largo etcétera.
Sin embargo, hubo un hombre que quiso darle un giro de 180° a la historia de Batman y convertirse en un pionero del cine de super héroes con una historia para adultos. Este hombre fue nada menos que Darren Aronofsky, quien hoy en día se ha ganado el respeto de la industria gracias a películas que, a través de un lenguaje cinematográfico desbordante y perturbador, ha presentado historias tan conmovedoras como desgarradoras.
Esta es la historia de como el encargado de cintas como El Cisne Negro y la reciente The Whale, estuvo a punto de llevar al hombre murciélago a través de un relato oscuro e íntimo alejado de la gran mayoría de las producciones cinematográficas que se conocen hasta el día de hoy.
El fallecido director Joel Schumacher fue el encargado de trabajar en las dos películas de Batman que llegaron en los años 90s: Batman Eternamente y Batman y Robin, ambas protagonizadas por George Clooney. Demasiadas libertades creativas y una caricaturización de un personaje que siempre distó de otros super héroes por su seriedad y crudeza, hicieron de estas producciones un auténtico desastre que, el mismo Aronofosky llegó a asegurar, atrasó de manera significativamente las producciones basadas en comics por el trato tan infantil que se les daba en la gran pantalla.
(Crédito: Grosby Group)
Schumacher estaba consciente de los errores que había cometido, y quiso redimirse con una nueva cinta. Sin embargo, la industria del cine no perdona dos veces, y Warner Bros. Pictures opto por darle las gracias al director para buscar otro que se adaptara a la visión que querían darle a su nueva versión de Batman.
En un principio, se barajeó la posibilidad de una adaptación de Batman Beyond, la serie animada en la que un anciano Bruce Wayne se ha retirado y le entrega el manto de vigilante a Terry McGinnis para proteger a Ciudad Gótica en un ambiente cyberpunk. En un esfuerzo por crear una historia moderna y fresca, Warner volteó hacía Boaz Yakin, quien para la época no había trabajado como director pero sí como guionista de producciones como The Punisher y From Dusk Till Dawn 2: Texas Blood Money. Como cereza del pastel, se consideró a nada menos que Clint Eastwood para darle vida a Bruce Wayne en su faceta como anciano.
Para lamento de muchos, la producción de esta película no llegó muy lejos, entonces los planes de un nuevo Batman cayeron en manos de Darren Aronosfky, quien en el año 2000, ya pronosticaba una carrera espectacular en el cine gracias a su obra Requiem por un sueño.
Aronosfky tenía en mente sacar de las páginas del comic Batman: Year One, escrito por una de las mentes que más ha aportado a la mitología del murciélago, Frank Miller. Como su nombre sugiere, el comic narra el regreso de Bruce Wayne de su viaje por el mundo en su afán de volverse un experto en todas las artes marciales posibles y así limpiar Ciudad Gótica de toda la criminalidad. Mientras tanto, un joven comisionado Gordon se enfrenta a un sistema corrupto que pone en riesgo su vida y la de su familia.
Darren se enamoró tanto de esta historia que le pidió al mismo Frank Miller que se convirtiera en guionista, lo cual no tardó mucho en aceptar. Sin embargo, Aronosfky tenía planeados algunos cambios interesantes en esta emblemática historia.
Inspirado en cintas como Taxi Driver, Death Wish y The French Connection, Aronofsky quería quitarle toda la opulencia que caracteriza a Bruce Wayne para llevarlo a las duras calles de Gótica, en las cuales encontró una especie de hogar después de que sus padres fueran asesinados. El huérfano Bruce sería adoptado por Big y Lil Al, padre e hijo propietarios de un taller mecánico que tienen un departamento frente a un prostíbulo. Aquí trabaja nada menos que Selina Kyle, quien en los comics y varias adaptaciones se pone un entallado disfraz para convertirse en Gatúbela (además de la amante de Batman).
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Ver a Selina siendo maltratada por sus clientes, además de toda la podredumbre que caracteriza los barrios bajos de Ciudad Gótica, hacen que Bruce crezca frustrado, impotente y sobre todo lleno de deseos de cambiar el mundo que lo rodea y que le quitó a sus padres en primer lugar. Un detalle interesante es que, en esta adaptación, Bruce escribiría constantemente cartas a su fallecido padre sobre su anhelo de hacer del mundo un mejor lugar, lo que podría darle al espectador una perspectiva mucho más íntima de lo que cualquier adaptación ha hecho de Batman.
(Empire/Warner Bros.)
Mientras tanto, el comisionado James Gordon se mantiene como un policía novato, pero que debido a lo corrompido del sistema en el que se ve involucrado, deseos suicidas comienzan a quitarle el sueño. Después de haber salvado a un niño de manos de un peligroso psicópata que escapó del Asilo Arkham, Gordon tiene un momento de inspiración frente a las cámaras e invita a los ciudadanos de Gótica a comenzar a hacer el cambio, un mensaje que resuena profundamente en el joven Bruce Wayne.
Lil Al, quien funge como una versión alterna del leal mayordomo de Batman, Alfred Pennyworth, le daría a Bruce una caja que contenía el anillo de plata con las iniciales de su padre, Thomas Wayne, mismas que formaban el dibujo de un murciélago. Ya en las calles enfrentándose a criminales, Bruce marcaría a sus víctimas con este anillo, lo que haría que los noticieros hablaran de un murciélago vengador. Todas estas señales, además de que uno de estos animales apareció en la ventana de Bruce, hizo que tomara la decisión de adoptar el alter ego de Batman.
Por supuesto, el batimovil no puede faltar en ninguna historia del caballero de la noche, y para esta adaptación, se consideró un Lincoln Continental modificado con el motor de un autobús. De una manera muy empírica, Batman aprende a pelear y a hacer armas químicas para enfrentar el crimen con mayor eficacia, poco a poco convirtiéndose en el vigilante que Gótica necesita.
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Así como el batimovil, el villano es esencial para una buena historia de Batman. Aronofosky quiso dejar para después el panteón de villanos de Batman encerrados en Arkham para presentar a un enemigo más realista: Gillian B. Loeb, comisionado de Gótica antes de que Gordon tomara el puesto. Loeb, como en todas sus iteraciones, es interpretado como un policía corrupto por el que Gordon y Batman unirán para demostrar que es la cabeza de una enorme red de corrupción.
Para darle vida a Batman, se consideraron varios nombres como Freddie Prince Jr. e incluso Christian Bale, que años más tarde le daría vida a la versión cinematográfica más aclamada del personaje bajo la dirección de Christopher Nolan. Sin embargo, Aronofsky no quería a nadie más como Batman que a Joaquín Phoenix, quien en el año 2000 se ganó la ovación del público y la Academia por su papel de Cómodo en la cinta Gladiador.
EFE/David Swanson/Archivo
Las cintas de Joel Schumacher hicieron que la industria trabajara con mucho escepticismo las películas de superhéroes. Aronofsky consideró que la película que estaba presentando estaba demasiado adelantada a la forma en que el cine estaba funcionando en ese entonces.
“En ese momento, una película de clasificación R probablemente estaba 10 o 15 años adelantada a lo que se consumía. El estudio no estaba interesado. Fue una toma muy diferente… Siempre decía ¿por qué no puede haber varios tipos diferentes de películas de cómics por ahí? Ahora los hay. Es solo que nuestra oferta estaba fuera de lugar”, declaró el director en el año 2022.
REUTERS/Yara Nardi
Aunque la película de Darren y Frank Miller se descartó, no fue olvidada del todo. En 2022 se estrenó The Batman a cargo del director Matt Reeves, la cual también está ambientada en los primeros años de Bruce Wayne como vigilante, además de brindar un ambiente más urbano y caótico de Ciudad Gótica.
Aronofsky también acertó en comentar que su película estaba muy adelantada a su época, pues en el lapso de tiempo que menciona, llegaron películas más oscuras y/o violentas ambientadas en el mundo de los superhéroes como Watchmen, Kick-Ass, Deadpool, Logan y por supuesto, la trilogía de El Caballero de la Noche.