Planificar es traer el futuro al presente para poder hacer algo al respecto. — Alan Lakein
La planificación pública es el corazón que marca el ritmo del desarrollo de una nación. En la República Dominicana, el inicio del Diplomado en Planificación y Gestión de la Inversión Pública, impulsado por el Ministerio de Hacienda y Economía, representa un paso firme hacia una administración del Estado más consciente, técnica y humana. Este esfuerzo busca fortalecer las capacidades de las instituciones del tren gubernamental para que cada peso invertido tenga un impacto real en la calidad de vida de los dominicanos.
Durante la gestión del presidente Luis Abinader, la planificación ha pasado de ser un documento engavetado a convertirse en una herramienta viva de gobierno. Se ha priorizado la transparencia, la eficiencia y la conexión directa entre las políticas públicas y las necesidades ciudadanas. Ejemplos como el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) y la apuesta por presupuestos más participativos demuestran un modelo de gestión moderna, donde los proyectos no se improvisan, sino que responden a una visión estratégica de país. Sin embargo, aún persisten desafíos, como la necesidad de fortalecer la coordinación interinstitucional y la medición más efectiva del impacto social de las inversiones. Que es el camino hacia donde vamos.
Si se compara con los gobiernos anteriores del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), se puede reconocer que en esos años hubo avances significativos en infraestructura, educación y crecimiento económico, pero muchas de esas iniciativas carecieron de una planificación sostenible y de mecanismos de control eficientes. Las obras se ejecutaban, sí, pero no siempre con una visión integral de desarrollo ni con la transparencia debida. En cambio, la actual administración ha apostado por institucionalizar los procesos, abrir los datos al público y garantizar que los proyectos respondan a planes nacionales y regionales bien estructurados.
La diferencia radica en la visión: pasar del gasto a la inversión, y de la política a la gestión. La planificación pública dominicana, en este contexto, no es solo una técnica administrativa, sino un compromiso ético con el futuro del país. Este diplomado, al integrar a diversas instituciones estatales, representa una oportunidad para construir un Estado más inteligente, más coordinado y más cercano a la gente. Solo con planificación y coherencia entre discurso y acción podrá consolidarse el verdadero desarrollo sostenible que la República Dominicana necesita.
Por: América Pérez.
Lic. Comunicación Social «Periodismo»
Magíster en Diplomacia y Derecho Internacional