
“Debido al sargazo, la gente del Caribe ya no va a poder ir el fin de semana a la playa. Las poblaciones costeras tienen problemas de salud por el ácido sulfhídrico. Sus equipos electrónicos se echan a perder”, cuanta a DW Brigitta van Tussenbroek, bióloga especialista en pastos marinos de la Universidad Autónoma de México.
A pocos días de la Tercera Conferencia UE-Caribe sobre el sargazo, la investigadora Tussenbroek, explica a DW, desde Cancún, lo que significa su presencia masiva: pérdida de biodiversidad; playas llenas de algas y vacías de turistas. Malos olores.
“El tiempo se acaba. De una conferencia como la que tiene lugar en Bruselas debe salir mayor coordinación, compromisos serios para inversiones que, aunque aún no tengan todas las garantías, puedan escalar lo que se está haciendo”, apunta Tussenbroek, científica holandesa que fue ponente en la conferencia anterior (Granada, octubre 2024).
Comenzó a invadir las costas caribeñas en 2011 y se convirtió en un problema muy grave en 2014. Todos los países caribeños comparten las afectaciones de esta alga originaria del mar de los Sargazos, entre el Caribe y el África.
Con esta situación de base, la Unión Europea patrocina la Tercera Conferencia UE-Caribe sobre el sargazo, enfocada a la inversión. Se trata de convertir el problema en oportunidades. Basándose en buenas prácticas, en el marco del programa Global Gateway se trata de reproducirlas e implementarlas en los otros países afectados.
“Como investigadora sé que ha habido financiación de proyectos, especialmente de Franciay Holanda, cuyas islas caribeñas se ven afectadas. Hay inversiones, iniciativas, financiamiento, pero todo a muy pequeña escala. Algunas tienen resultados prometedores. Y aunque hay muchas compañías en la recolecta y la reconversión, no están utilizando ni una centésima parte del sargazo que llega a las costas”, sigue Tussenbroek.
Costos millonarios, costos incalculables
Según la organización mexicana The Sea We Love, integrada por la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya, en la temporada de arribo masivo del sargazo a la costa (entre 6 y 9 meses cada año), el impacto económico que supone su retiro para el ramo hotelero asciende a unos 130 millones de dólares.
“Ese cálculo es realista, pero es solo una fracción del costo socioeconómico y ecológico. No incluye cuántos turistas pierden por el mal aspecto, tampoco el daño del ecosistema. Recordemos también que ese costo es solo el de Riviera Maya, muchos otros puntos del Caribe no se están atendiendo”, acota Brigitta van Toussenbroek.
¿De qué buenas prácticas hablamos?
En cualquier caso, The Sea We Love ha creado la Plataforma Sargatech que se encarga de la recolección del sargazo y su transferencia a centros de acopio para tratarlo y transformarlo. ¿En qué? En biometano, bioestimulantes y biogás.
Por otra parte, en República Dominicana, SOS Biotech se enfoca en recuperar el sargazo en el mar. El objetivo de esta empresa es transformar la maldición en bendición: en abono, cien por ciento natural, para plantas y flores. La respuesta estatal de Jamaica ha sido crear un sistema de monitoreo para crear alertas de oleadas de sargazo, acompañadas de programas de preparación de las poblaciones costeras que se encargan de su recolección para evitar el impacto en la salud.
Y si Barbados lanzó en 2024 el primer vehículo movido con gas natural obtenido del sargazo, en Guadalupe se ha desarrollado un sistema de monitoreo del aire para detectar niveles de amoniaco y sulfuro de hidrógeno. En Martinica, una refinería se dedica a convertir el sargazo en energía y una plataforma de empresas y organizaciones que cooperan en recolección del alga en el mar, cooperan en proyectos de compostaje.
La vista hacia delante
Como fuere y a pesar de que las posibilidades de hacer de la necesidad virtud van al alza, esta invasiva alga marina sigue siendo una maldición. Por la urgencia y reconociendo su potencial económico, en el proyecto de inversión europea del Global Gateway “Cadena de ganancia del sargazo”, políticos, empresarios, investigadores, agencias de desarrollo, sociedad civil y bancos se juntan en Bruselas para definir los siguientes pasos. Según información oficial, el objetivo es, buscando colaboraciones público-privadas, impulsar la innovación y la inversión para convertir esta planta marina en una fuente económica y también para proteger el medio ambiente y las comunidades afectadas.
“En esta conferencia deben tener presente que para el arrecife mexicano el tiempo se acabó. Entre el 80 y el 90 por ciento de los corales están muertos. Entre factores causantes de este desastre está el sargazo.”, lamenta la investigadora de la UNAM. “Por eso, espero que esta vez salgan compromisos serios con financiamiento para hacer la recolecta masiva a escala adecuada”, recalca Tussenbroek.
“Aunque sí hay iniciativas exitosas, éstas son a pequeña escala. Como no hay aún garantías de la valorización del sargazo a gran escala, la inversión que se requiere debe ser al principio altruista”, concluye Tussenbroek subrayando que de continuar la erosión de las playas y la destrucción de servicios que brindan los ecosistemas, toda la infraestructura costera estará en absoluta vulnerabilidad cuando llegue el próximo huracán.
(mn)