
A finales de este mes de octubre se celebra en Madrid la Semana Dominicana en España, un evento que tiene como objetivo reforzar los lazos económicos, culturales y humanos entre los dos países. Se celebra en el el más duro momento histórico de las relaciones económicas hispano-dominicanas, que viven un punto de madurez que va más allá del turismo. En 2024, España se consolidó como segundo país que más invirtió en el mercado dominicano, con 1.126 millones de dólares, y más de cien empresas generan alrededor de 29.000 empleos. Esto se nota mucho en el turismo, como sabemos, pero también en la energía, donde ingeniería, financiación y gestión de proyectos españoles están ayudando a construir un sistema más limpio en el país.
La huella española en energía tiene varios proyectos emblemáticos. En generación térmica eficiente, Técnicas Reunidas ejecutó la conversión a ciclo combinado de la Central Los Mina en Santo Domingo por 140 millones de dólares (2014), elevando la disponibilidad del parque. Queda ya un poco lejos esa inauguración, pero supuso un antes y un después para nuestro país. En renovables, Dominion inauguró en 2019 la mayor planta fotovoltaica de la isla con 50 MW en San Antonio de Guerra, y otras firmas españolas han desarrollado ingeniería, construcción y operación de parques solares que pueden crecer con almacenamiento y nuevas líneas de transmisión como es el caso de Ecoener.
Otros sectores
Por otro lado, Acciona ganó un contrato de 62 millones de euros para construir la pista del Aeropuerto Internacional de Cabo Rojo, obra clave para el polo turístico de Pedernales, que está situado al lado de la frontera con Haití (suroeste del país) y contempla una inversión de 2.200 millones de dólares para establecer resorts con hasta 12.000 plazas hoteleras.
Esa expansión turística exige una red eléctrica más robusta en esta región, bastante alejada de la capital, y supone una oportunidad para que la ingeniería española combine transmisión, subestaciones y soluciones híbridas solar + baterías. En el frente corporativo, la presencia de Santander y Telefónica, y de grupos de consumo como Inditex, aporta conocimiento financiero y digital para habilitar bonos verdes, project finance y PPAs que reduzcan el costo de capital.
En hotelería, Meliá vendió el 25% de dos hoteles por 60 millones de euros, parte de un ecosistema donde cadenas españolas —Riu, Iberostar, Palladium, Catalonia, Princess, Grupo Piñero y Fuerte— han invertido casi 498 millones de euros hasta 2024; y Globalia reactivó inversiones durante la pandemia. Esa capilaridad turística es un ancla de demanda estable para contratos de energía renovable.
El siguiente paso es convertir esta presencia en ventajas sistémicas. Tres prioridades: 1) planificación y ejecución de redes y almacenamiento para evacuar renovables y reducir pérdidas; 2) aceleración del financiamiento verde con garantías, taxonomías claras y ventanillas únicas; 3) capacidades locales en operación, mantenimiento y digitalización para que el beneficio quede en el país. Con reglas previsibles y licitaciones transparentes, la inversión española puede escalar de megavatios a gigavatios.
Ito Bisonó es el ministro de Industria y Comercio de República Dominicana.