Este ha sido un año de muchas lluvias en casi todo el territorio nacional. La República Dominicana luce verde por todas partes. Nuestras presas han sido bien abastecidas, en sentido general.
Aún persisten las lluvias en este mes de noviembre, el último de la temporada ciclónica. Entonces, hay que considerar que han sido lluvias generosas, que abonan nuestra agricultura, la ganadería, la floresta, la generación de energía limpia, la irrigación y el suministro de agua potable.
Y, si entendemos que las lluvias ayudan a mejorar el temperamento colectivo de la condición humana, hay que decir que también con esto nos ayuda. Sobre todo, en un país en que la violencia persiste en mostrar su rostro pernicioso.