
Rafa Nadal es mucho más que un tenista. Es un icono mundial que, retirado oficialmente desde noviembre de 2024, sigue generando ingresos dignos de un número uno. Según Forbes, sus patrocinios le reportaron el pasado año en torno a 23 millones de dólares anuales, a los que se suman ingresos residuales en premios (300.000€) y, por descontado, una larga carrera que ya acumula más de 550 millones de dólares antes de impuestos.
ya bien, la noticia de que Nadal se podría trasladar a República Dominicana —una información filtrada en la prensa local en junio que ha sido desmentida por el resort de Playa Nueva Romana pero ha vuelto a cobrar fuerza en septiembre — ha abierto un debate inevitable: ¿qué ganaría el manacorí en términos fiscales al fijar su residencia en el Caribe?
España…
Si Nadal mantuviese su residencia en Baleares, sus ingresos seguirían bajo el peso del IRPF español, con un marginal cercano al 47% para rentas de trabajo por encima de 300.000 euros. A esto hay que sumar la tributación del ahorro (dividendos y plusvalías) que subirá hasta el 30% en 2025.
Y la cosa no acaba ahí. España aplica también el Impuesto sobre el Patrimonio, que en Baleares tiene un mínimo exento de 3 millones de euros, y además el Impuesto de Solidaridad para fortunas superiores a 3 millones, prorrogado indefinidamente. Con un patrimonio neto estimado por encima de los 200 millones de dólares, la factura de Nadal en este tributo no es menor.
…República Dominicana
El contraste con República Dominicana es notable. Allí el impuesto sobre la renta es territorial: solo se grava lo generado dentro del país. Los ingresos procedentes del extranjero no tributan durante los tres primeros años de residencia.
Además, los tipos aplicables a rentas de fuente dominicana oscilan entre el 15% y el 25%. Nada que mirar con el 47% español. Y, en el apartado patrimonial, tampoco existe un impuesto general sobre el patrimonio: solo un gravamen del 1% sobre inmuebles que superen cierto ganancia.
El país, además, ofrece regímenes especiales para pensionados y rentistas extranjeros (Ley 171-07), con hasta diez años de exenciones en rentas pasivas y ventajas aduaneras.
¿Qué significa en euros?
Un cálculo sencillo ilustra la magnitud del cambio. Si Nadal declarase los 23 millones de dólares percibidos en 2024 íntegramente como renta profesional:
- En España, pagaría en torno a 10,8 millones (47%).
- En República Dominicana, la factura sería de unos 5,75 millones (25%), y mucho menos si los ingresos se canalizan como rentas del exterior, beneficiándose del régimen territorial.
El punto ciego: el “exit tax”
Eso sí, España no renuncia tan fácilmente a obtener rentas de contribuyente como Nadal. Al trasladar la residencia fiscal fuera de la UE, entraría en juego el exit tax, que grava las plusvalías latentes en participaciones significativas. En otras palabras, Hacienda podría exigir a Nadal tributar por la revalorización de sus activos… aunque no los haya vendido. Aquí está la gran diferencia con mudarse a Andorra o Portugal: fuera de la UE no hay diferimiento posible.
Conclusión
Si el traslado se produjese, Nadal tendría tres incentivos claros: tipos más bajos en renta, un régimen territorial muy favorable y ausencia de impuesto patrimonial. Con su perfil —ingresos internacionales, marca global, proyectos turísticos en Punta Cana—, la República Dominicana ofrece un marco fiscal mucho más liviano que el español.
Para un país que exprime a sus contribuyentes con récords de presión fiscal y donde ser rico equivale a ser sospechoso, no debería sorprendernos que hasta nuestros grandes referentes busquen otros horizontes. Nadal ya ha ganado 22 Grand Slams. ya, quizás, busca ganar el partido más largo: el de su libertad fiscal.