
Basado en los tres principios fundamentales de la agenda que rige las Cumbre de las Américas: democracia, libre mercado y la necesidad de fortalecer el multilateralismo en la región, la República Dominicana tenía ante sí la decisión de lograr el éxito del encuentro de los presidentes del continente, lo cual no se garantizaba con la eventual presencia de los gobernantes de regímenes dictatoriales, como son Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Raquel Peña, Luis Abinader, Donald Trump y Melania Trump.
Y en ese escenario fue que el Presidente Luis Abinader, apoyado por su Canciller, Roberto Álvarez, tomó la decisión de no invitar a esos tres países, una acción que, innegablemente, contaba con el apoyo de Estados Unidos y su presidente, Donald Trump, con el respaldo de su Secretario de Estado, Marco Rubio.
La Cumbre de las Américas, un escenario creado por los Estados Unidos como instrumento para el intercambio de políticas y acciones comunes entre las naciones del continente, está convocada en su Décima ocasión, para celebrarse en República Dominicana en diciembre próximo en un ambiente matizado por tensiones económicas, políticas y sociales entre algunos gobernantes -Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Miguel Díaz-Canel, por ejemplo- y el presidente norteamericano, Donald Trump.
Estas y otras tensiones en las relaciones de los gobernantes de algunas naciones hemisféricas con Estados Unidos, ha dado lugar a quejas y acusaciones de ‘sumisión’ contra el gobierno de República Dominicana por su decisión, como país anfitrión, de no invitar a los gobernantes de los tres países latinoamericanos.
El encuentro de presidentes en la Cumbre de las Américas se basa en dos elementos principales: 1) Estados Unidos es el eje central de ese instrumento, dado que fue su creador y en su entorno es que se discuten y analizan los temas de agenda de los gobernantes, convocados entre cada dos y tres años, bajo una ‘aprobación’ de participación real, aunque no sea oficializada públicamente por la Casa Blanca; 2) el país anfitrión, en este caso República Dominicana, es el responsable directo de toda la organización del encuentro, locación, facilidades para los invitados y sus delegaciones, entrega de las invitaciones formales, estructuración y seguimiento de los borradores y documentos -lleva meses de discusión y redacción- que se convertirán, al final, en las resoluciones y la Declaración oficial de la Cumbre.
Por tanto, como el anfitrión que asume la responsabilidad directa de a quienes se invita al evento, el Presidente Abinader y el Canciller Álvarez, no tenían porqué provocar eventuales situaciones enojosas -que se producirían si participaban presidentes como Maduro, Ortega y Díaz-Canel- que provocarían las casi seguras ausencias del presidente Trump y varios latinoamericanos, como Javier Milei (Argentina), Daniel Noboa (Ecuador), Nayib Bukele (El Salvador), entre otros, lo que ‘desluciría’ el encuentro regional.
Ya en la IX Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, California, el 6 de junio de 2022, el presidente Joe Biden, como anfitrión, no invitó, precisamente, a los presidentes Maduro, Ortega y Díaz-Canel, al calificarlos de dictadores. Los presidentes Andrés Manuel López Obrador, de México, Luis Arce, de Bolivia, y Xiomara Castro, de Honduras, no participaron en la Cumbre en protesta por las exclusiones. Gobernantes Johnny Briceño, de Belice, Gabriel Boric, de Chile, y Alberto Fernández, de Argentina, aunque asistieron al encuentro, criticaron públicamente la decisión del presidente Biden.
La República Dominicana, a través de un comunicado de prensa, explicó el porqué de su decisión de no invitar a Nicaragua, Venezuela y Cuba, indicando, entre otros puntos, que ninguno es miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) -los dos primeros renunciantes y el tercero expulsado-, organismo que asumió, como secretaría técnica y memoria institucional del Proceso de las Cumbres de la Américas, según se estableció en la Cumbre celebrada en Santiago de Chile, el 18 de abril de 1998.
Quejas y explicación
Tras el anuncio de República Dominicana de las exclusiones de Cuba, Venezuela y Nicaragua funcionarios diplomáticos y presidentes de esas naciones emitieron declaraciones de quejas por la exclusión, con cargas de duras críticas a Estados Unidos y al gobierno dominicano, admitiendo, sin embargo, la poca importancia que dan a dichos encuentros de presidentes.
Fue en ese mismo sentido, que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) -una organización formada en 2004 de la cual son miembros diez países: Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Granada, Nicaragua, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Venezuela- emitió una ácida crítica a la exclusión al tiempo que resta mayor trascendencia al encuentro de presidentes.
En un comunicado público, el ALBA señala que “la no participación en un espacio tutelado por intereses imperiales, constituye una distinción que confirma su independencia y soberanía, cuya dignidad es ajena a escenarios de obediencia y sumisión… la historia de América Latina y el Caribe se caracteriza por la emancipación frente a intentos de dominación y gestas liberadoras. Los episodios recientes posicionan a la Cumbre como un momento estéril, condenado desde su origen”.
El gobierno dominicano, en un comunicado de la Cancillería fue explícito en su decisión: “República Dominicana ha adoptado la decisión que considera más favorable para garantizar la mayor participación posible en la Décima Cumbre de las Américas. El Gobierno estima preferible crear las condiciones que aseguren el más amplio diálogo político, con el más alto nivel de representatividad hemisférica… la no invitación a Cuba, Nicaragua y Venezuela —países que, por diversas razones, no forman parte de la OEA y que tampoco participaron en la pasada edición de la Cumbre de las Américas— constituye la decisión que, dadas las circunstancias hemisféricas, favorece la mayor convocatoria y asegura el desarrollo del foro”.
Esfuerzos de integración EE. UU. – AL
La Cumbre de las Américas nace en 1994, bajo el gobierno del presidente demócrata Bill Clinton, como una continuación a los esfuerzos de Estados Unidos de mantener estructuras y foros de integración con y desde las naciones de América Latina y el Caribe.
La historia de estos esfuerzos datan, en concreto, desde que en 1961, el entonces presidente John F. Kennedy (1961-1963), lanzara su programa Alianza para el Progreso, que promovía el crecimiento económico, la estabilidad política y el progreso social, con ayudas directas a las naciones latinoamericanas, el cual operó hasta 1970, aún siete años después del asesinato de Kennedy, en 1963.
A este propósito siguió a Iniciativa de la Cuenca del Caribe, lanzada por el entonces presidente republicano Ronald Reagan (1981-1989), a partir de 1983, el cual fue un programa a propósito de la ley para la Recuperación Económica de la Cuenca del Caribe, basado en una gama de medidas arancelarias y de comercio, con cero aranceles a los productos de los países beneficiados, por la cual los productos provenientes de Centroamérica y las Islas del Caribe, gozan de entrada libre de impuestos a Estados Unidos.
Ya en el 2004, en el gobierno del republicano George W. Bush (2001-2009) lanzó el denominado DR-CAFTA (Tratado de Libre Comercio entre la República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos) con el objetivo de facilitar el comercio y la inversión, eliminando barreras arancelarias entre los países miembros, que beneficia a sectores de producción textil, la agricultura y la manufactura, para tratar de elevar la competencia y la calidad de los productos de la región.
En 1994 el entonces presidente demócrata Clinton (1993-2001) había lanzado la Cumbre de las Américas, que procura establecer una agenda enfocada a la búsqueda de consensos básicos: democracia, libre mercado y el fortalecimiento del multilateralismo en la región.
Cumbre de las Américas
Desde su Nacimiento, en 1994, bajo el liderazgo del presidente Bill Clinton, se han celebrado diez encuentros de presidentes del continente, en el marco de este instrumento de integración denominado Cumbre de las Américas.
La décima edición de la Cumbre de las Américas está fijada para celebrarse en Punta Cana, República Dominicana, a partir del 4 de diciembre próximo.
Estos son los encuentros de presidentes realizados desde 1994 en el escenario de la Cumbre de las Américas:
• Miami, EE. UU., 9 de diciembre, 1994
• Chile, 18 de abril, 1998
• Canadá, 20 de abril, 2001
• Argentina, 4 de noviembre, 2005
• Trinidad y Tobago, 17 de abril, 2009
• Colombia, 9 de abril, 2012
• Panamá, 10 de abril, 2015
• Perú, 13 de abril, 2018
• Los Ángeles, EE. UU., 6 de junio 2022
• República Dominicana, 4 de diciembre 2025