
Una reforma presentada este lunes en el Congreso Nacional de la República Dominicana busca frenar los feminicidios y los filicidios en el país, el segundo de la región con mayor tasa de asesinatos contra las mujeres.
La reforma, bautizada como ‘Déjala ir’, y que el Congreso Nacional considera “sin precedentes”, busca reducir los feminicidios y filicidios para 2030 y erradicarlos completamente en 2035.
La iniciativa está liderada por la diputada Kimberly Taveras, quien señaló -durante su presentación- que no se trata solo de un proyecto, sino, de “una arquitectura compleja de iniciativas legislativas que se articula para erradicar las causas profundas de la violencia, proteger las víctimas y garantizar justicia con resultados”.
Entre las iniciativas que conforman la reforma se incluyen proyectos que abordan la tipificación de la violencia vicaria, la humanización del sistema de justicia, la creación de tribunales especializados, la modificación a la Ley de Educación para incluir trabajadores sociales en las escuelas y programas de educación emocional e igualdad, así como la implementación del Sistema Nacional del Cuidado.
La reforma también fortalece el desarme de agresores, la prevención de la violencia en cuerpos de seguridad, el uso de la tecnología en la persecución y monitoreo, y la articulación territorial de las políticas públicas para llegar a los sectores rurales y fronterizos.
La República Dominicana es el segundo país de la región con mayor tasa de feminicidios, con 2.9 casos por cada 100,000 mujeres, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
De acuerdo con un estudio publicado la semana pasada, en República Dominicana se han registrado 1,802 feminicidios en los últimos veinte años.
La problemática ha tenido picos, caídas y repuntes, pero se mantiene dentro de un rango de 140 a 180 casos anuales, con ligeras variaciones según el año, de acuerdo con datos del estudio ‘Un SOS para salvar la vida de las mujeres’.
El pico más alto de feminicidios en las dos últimas décadas en el país caribeño ocurrió en 2011, con 233 homicidios de mujeres.