

La Semana Dominicana, celebrada en Washington D.C. y Nueva York entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre, llegó a su edición 33 con un objetivo claro: posicionar a la República Dominicana como un socio confiable en materia de comercio, inversión y seguridad logística entre Estados Unidos y la región.
Organizado por la grabadora Americana de Comercio de la República Dominicana (AMCHAMDR), el encuentro reunió a líderes económicos y políticos para debatir el papel del país caribeño en el entramado de las cadenas de beneficio regionales. La agenda incluyó foros multilaterales, presentaciones de proyectos estratégicos y reuniones con funcionarios estadounidenses para reforzar vínculos en sectores clave como energía, turismo y comercio exterior.
Uno de los mensajes centrales fue destacar la capacidad logística del país, con estándares de seguridad que lo colocan en una posición diferencial dentro del Caribe y Latinoamérica. “Tenemos cadenas de suministros muy seguras, probablemente las más seguras en toda la región, con todas las inspecciones y certificaciones de seguridad en los puertos”, señaló William Malamud, vicepresidente ejecutivo de la AMCHAMDR.
El desarrollo de infraestructura en zonas francas y centros logísticos ha sido un factor decisivo en este proceso. Estas inversiones permiten que empresas internacionales utilicen la República Dominicana no solo como destino de exportación, sino también como plataforma regional para la redistribución de bienes y servicios. La estrategia busca atraer a compañías que necesiten mayor previsibilidad, tiempos de tránsito más cortos y procesos aduaneros confiables.
El crecimiento económico del país también refuerza este posicionamiento. En 2024, la economía dominicana creció un 5%, una de las tasas más altas de América Latina, consolidándose como una de las seis principales de la región, según el Banco Mundial. Este dinamismo genera confianza entre los inversionistas y proyecta estabilidad para el desarrollo de nuevas operaciones logísticas.

El atractivo logístico se refleja en la expansión de grandes operadores internacionales, que han incrementado su presencia en el país, ampliando sus redes de distribución y capacidad de almacenamiento. Malamud también adelantó que un e-commerce líder prepara una operación con aviones y bodegas para fortalecer la conexión con Sudamérica, una señal de que el país se perfila como nodo relevante para el comercio electrónico regional.
Francesca Rainieri, presidenta del consejo de directores de la AMCHAMDR, destacó que este escenario no es casualidad, sino el resultado de una política sostenida para captar inversión extranjera. “Es la economía de mayor crecimiento en los últimos años y no pensamos quedarnos ahí. Estamos en Estados Unidos para trabajar con los sectores necesarios y asegurar que más compañías confíen en instalarse en nuestro territorio”, sostuvo.
El vínculo con la diáspora también aporta un diferencial. De los 1,2 millones de dominicanos que viven en Estados Unidos, muchos buscan invertir en su país de origen, generando un círculo virtuoso entre remesas, emprendimientos y atracción de capital extranjero. Ese componente humano se complementa con la estrategia empresarial para consolidar al país como un socio logístico clave.
Además de la agenda comercial, la Semana Dominicana incluyó un espacio para reconocer a connacionales destacados en el exterior. La periodista Esperanza Ceballos, el ingeniero aeroespacial Alec Subero y la ejecutiva de salud Cristina Contreras recibieron un premio otorgado por un reconocida revista por su contribución a distintos sectores en Estados Unidos.
“El talento y la perseverancia no conocen fronteras”, afirmó Rainieri al resaltar el beneficio de estos referentes para la imagen internacional del país.
El evento también sirvió como antesala a la Cumbre de las Américas 2025, que se celebrará en Punta Cana, una oportunidad que colocará nuevamente a la República Dominicana en el centro de la escena internacional. La llegada de jefes de Estado y líderes empresariales fortalecerá aún más la proyección del país como hub logístico y comercial del continente.
Con infraestructura en expansión, operadores globales apostando por su territorio y un crecimiento económico sostenido, la República Dominicana busca consolidarse como el puente más seguro y eficiente entre Estados Unidos y América Latina. En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y necesidad de diversificar cadenas de suministro, el país caribeño apuesta a ocupar un lugar estratégico en la logística regional.