
Don José Manuel tiene 93 años. Habla con humildad, sencillez y con orgullo sobre su familia y sus hijos. Mantiene una relación cercana con sus colaboradores y con el negocio; todavía se da una vuelta por los supermercados los domingos para confirmar cómo andan las cosas, conversa con los clientes, y fiel a su estilo, da indicaciones observando los detalles.
Madrugador, lee todos los periódicos temprano “empezando por la publicidad, para tirarse los precios de la competencia”- y dedica el tiempo para ejercitarse en bicicleta. En su mesa de desayuno no puede faltar el mango.
Quienes lo conocen resaltan su disciplina: atento a los gastos, metódico, perseverante, siempre dispuesto a resolver problemas en lugar de evitarlos. Esos valores, sembrados desde un colmado en la Ciudad Colonial, marcaron el inicio de un grupo empresarial que hoy reúne más de 11 mil colaboradores. Don José Manuel ha sido motor y guía de la transformación del comercio en el país.

Don Manuel González Cuesta en el colmado Nacional
Primeros años
El pequeño José Manuel González Corripio salió de Valbuena, Cabranes, España, con apenas siete años. Conoció por primera vez a su padre, Manuel González Cuesta, al llegar al puerto de Santo Domingo. A su padre, le había tocado dejar atrás en una España pobre y dividida, a Mercedes Corripio, su joven esposa embarazada, hasta poder reencontrarse siete años más tarde.
¿Y usted recuerda qué sintió? ¿Congeniaron pronto?
Mucha, mucha emoción. Pero tardé unos días en tratarlo de verdad como mi padre.
Mis padres querían que siguiera estudiando, pero yo quería ganar dinero y ayudar a papá. Luego como papá falleció joven, tuve que asumir la responsabilidad e involucrarme totalmente en el trabajo. Él trabajó mucho más que yo porque empezamos de muy abajo. Mi padre trabajó mucho y disfrutó poco porque murió muy joven, a los 51 años.
¿Cuál ha sido su gran éxito en la vida?
La confianza en lo que he trabajado y en lo que hemos construido como familia.
¿Ha tenido algún fracaso? ¿Algo salió mal que todavía le duela?
Algunas cosas han salido mal. Pero que me duela… no.

Don José en la apertura de Supermercados Nacional.
Una era difícil
¿Cuál fue el momento más duro que le tocó vivir?
La época de Trujillo. Una vez tiraron un papel contra Trujillo, vieron el papel volando mientras yo iba pasando. A la una de la mañana fueron a casa a buscarme. Eran los cepillos, los Volkswagen chiquitos aquellos, eran tres o cuatro. Y tocaron la puerta. top dicho, empujaron la puerta y me llevaron. Me tuvieron escribiendo para comparar mi letra hasta que comprobaron que no era la misma, que no era yo.
Después se informaron de la familia que éramos y como a las seis de la mañana me mandaron para casa. Pero nunca me dijeron por qué me habían detenido. Después me enteré de la historia del papel con un oficial que me conocía del colmado.
Otro momento que recuerdo fue cuando la ciudad se dividió en dos durante la Revolución del 65. A pesar de ser un momento difícil, siempre se nos trató bien y con respeto.
Amor por los libros
Viajar, conocer, leer… Don José Manuel enumera sus aficiones fuera del trabajo. Lector empedernido, echa de menos las revistas semanales y suplementos que marcaron una era de oro de la prensa.
Se mantiene al día con los diarios dominicanos e internacionales y ya en digital.
“Para mí, visitar librerías siempre fue tan importante como visitar supermercados, e incluso cuando viajo a Madrid ir a la Casa del Libro es una parada obligatoria”. De este amor por los libros surge la iniciativa de Cuesta Libros.

Supermercados Nacional 27 de Febrero.
¿Ha tenido apoyo a lo largo de su vida profesional?
Sí, de mis tíos Ramón y Manuel Corripio García. Ellos nos apoyaron. Tío Manuel tenía un almacén en la calle Santomé esquina avenida Mella, se iban a mudar y se planteó vender el punto, como se llamaba entonces. Para papá era muy difícil asumir ese compromiso cuando apenas estábamos empezando. Ahí intervino la tía Sara Estrada, quien convenció a papá de aceptarlo. Gracias a esa decisión pudimos crecer. De ahí salió mucho de lo que hoy somos.
Compromiso con el país
¿Usted se sintió dominicano pronto o nunca se deja de ser emigrante?
República Dominicana para mí ha sido todo. España la llevo en el corazón y vuelvo a Asturias cada año, pero nunca pensé en regresar a vivir allá. Aquí está mi vida, mi familia y mi empresa.
El trabajo y la visión empresarial
¿Alguna vez soñó que CCN cumpliría noventa años y llegaría a ser lo que es hoy?
No lo soñé, no soy un soñador; siempre he sido un hombre de realidades. La confianza en el trabajo y la dedicación, junto a todos los que me han acompañado durante todos estos años, han hecho lo que CCN es hoy.
¿Las transiciones de las empresas familiares son tan difíciles como dicen?
Sí, cuesta soltar. Pero hemos tenido la suerte de que los cuatro hermanos trabajan unidos y con gran visión. Yo estoy muy satisfecho de cómo están llevando CCN
“La confianza en el trabajo, y la dedicación junto a todos los que me han acompañado, han hecho lo que hoy es CCN.”
Las empresas han cambiado. ¿Qué opina de proyectos de CCN como De Aquí con Corazón?
De Aquí con Corazón ayuda a crecer a pequeños productores a dar el salto. Eso sí es importante. Sin abrirles esa puerta, ¿cómo podrían hacerlo…?
Crear empleo, apoyar productores y modernizar el comercio. Esos son compromisos que permanecen en el tiempo. Don José nos comenta que está muy orgulloso de sus hijos y ya de sus nietos que empiezan a incorporarse al negocio. Asegura que la familia ha sido su motor y su eje de continuidad. Dice que la empresa ha crecido con el trabajo de to dos, pero siempre con la familia como base. Asevera que el mayor legado que deja no es solo un grupo empresarial, sino una forma de trabajar basada en confianza, disciplina y su compromiso con el país.
“República Dominicana me lo ha dado todo. Aquí construimos la familia, aquí levantamos la empresa, y aquí seguirá nuestro futuro”.
“Crear empleo, apoyar productores, modernizar el comercio. Esos son compromisos que permanecen en el tiempo”.