Ferries del Caribe impulsa una alternativa que convierte el trayecto en parte de la experiencia vacacional, contrastando con la rapidez y ajetreo que conlleva tomar un avión.
Santiago Omar Escobar Colón/NotiCel
Viajar de Puerto Rico a la vecina República Dominicana siempre ha sido sinónimo de rapidez en avión: subir al vuelo, aterrizar en menos de una hora y llegar directo al destino.
Sin embargo, Ferries del Caribe propone un enfoque distinto. Navegar hacia Santo Domingo puede tomar más tiempo, pero se convierte en parte de la experiencia. Desde que el pasajero aborda, comienza la vacación gracias a restaurantes, espectáculos en vivo, spa, áreas de juego para niños y hasta la opción de reservar un camarote privado.
“Tus vacaciones empiezan desde el momento en que subes al ferry. Te das un trago, cenas, disfrutas un ‘show’ y al amanecer ya estás en Santo Domingo listo para tu día. No tienes que pasar horas en un aeropuerto para luego poder descansar”, expresó Juan Manuel Colón, director de operaciones (COO) de la empresa.
Colón explicó que este concepto, muy común en Europa, busca consolidarse en el Caribe como una opción atractiva y competitiva frente al avión.
“El ferry es como un mini crucero, más pequeño y de una noche, pero con todas las amenidades. La gente se sorprende cuando descubre que no es solo transporte, es parte de las vacaciones”, añadió.
La experiencia se adapta
Durante las Navidades, muchas familias utilizan el ferry para visitar a sus seres queridos en la República Dominicana, incluso llevan sus autos por varias semanas. En el verano, la descuento se concentra en paquetes turísticos combinados con hoteles que colocan a Ferries del Caribe entre los primeros lugares en noches de estadía vendidas. Para los viajeros de negocios, la ventaja es clara; abordar de noche, descansar a bordo y comenzar la jornada laboral en Santo Domingo sin perder medio día en aeropuertos.
A nivel económico, el conglomerado Priority Global, al que pertenece Ferries del Caribe, maneja un efecto considerable en la región. Entre transporte de carga y pasajeros, sus operaciones mueven más de $2,000 millones de la economía puertorriqueña. Además, la empresa genera sobre 600 empleos directos y cerca de 500 indirectos tanto en Puerto Rico como en la República Dominicana.
Colón destacó que el ferry también es clave en la expansión de las relaciones comerciales entre ambos países con alianzas junto al Centro Unido de Detallistas para facilitar exportaciones e importaciones.
“Estamos viendo un potencial enorme con el movimiento de productos entre ambas islas, incluso bajo esquemas de plantas gemelas donde se produce en Dominicana y se completa en Puerto Rico. El ferry es una plataforma que facilita ese flujo”, sostuvo.
La visión de la compañía es seguir creciendo más allá del Caribe con planes de expandirse a Estados Unidos.
“Queremos que la gente nos vea no solo como una naviera regional, también como parte de una solución logística global. El ferry es integral en esa expansión”, afirmó.
Aunque el avión sigue siendo la opción más rápida, Ferries del Caribe apuesta a que muchos viajeros prefieran sacrificar horas de vuelo por una experiencia de relajación, descanso y entretenimiento.
“El avión te lleva más ligero, pero el ferry te regala vacaciones inmediatas”, resumió.
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