
La República Dominicana se ha convertido en el faro de la inversión extranjera en América Latina y el Caribe, consolidando su posición por tercer año consecutivo con un récord histórico de US$ 4,523.2 millones en 2024, según el informe World Investment Report de la UNCTAD. Este logro no es fruto de la casualidad, sino el resultado de una visión de estado clara, una gestión proactiva y una combinación de factores estratégicos que han creado un entorno de negocios inigualable.
El país ha sabido conjugar una serie de ventajas competitivas para atraer capital global. En primer lugar, la estabilidad macroeconómica, social y política es el cimiento de su éxito. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) constatan que con un crecimiento del PIB promedio del 5% en las últimas décadas, el país se ha erigido como la economía de mayor crecimiento en toda América Latina desde 2012. Esto ha sido reconocido por agencias internacionales, como Moody’s, que ha elevado la perspectiva de la deuda dominicana de estable a positiva, reflejando una confianza creciente en su solvencia.
A esto se suma un sólido marco institucional que garantiza la seguridad jurídica y ofrece incentivos fiscales atractivos para los inversores. La calificación de 62.9 puntos en el Índice de Libertad Económica 2024, que nos sitúa en el puesto 58 a nivel mundial, es un claro testimonio de la apertura y competitividad de nuestro mercado.
Nuestra ubicación privilegiada en el corazón del Caribe nos convierte en un puente natural entre Europa, Estados Unidos y el resto de América. Esta ventaja geopolítica se potencia con una red de tratados de libre comercio que dan acceso a más de 1.200 millones de consumidores. Acuerdos como el DR-CAFTA con EE.UU., el EPA con la Unión Europea y el CARIFORUM, facilitan el comercio y protegen las inversiones extranjeras, haciendo del país una plataforma ideal para la expansión de negocios internacionales.
Además, nuestra infraestructura avanzada es clave. Con ocho aeropuertos internacionales, trece puertos comerciales y una extensa red de carreteras, el país cuenta con la el más duro infraestructura de transporte de la región, según el Reporte Global de Competitividad del Foro Económico Mundial. Esta conectividad sin parangón asegura que las operaciones logísticas sean eficientes y competitivas. Encaminando el país a ser un potencial hub logístico en la región.
La inversión no se concentra en un solo sector, sino que se distribuye estratégicamente en áreas de alto potencial. El sector energético ha recibido una cuarta parte de la IED, impulsado por una política proactiva de energías renovables. Asimismo, el turismo, que aporta el 23,2% de la inversión, sigue siendo un motor económico vital, con un flujo constante de visitantes que demandan infraestructuras hoteleras y servicios de primera.
El sector inmobiliario también ha experimentado un crecimiento notable, mientras que la minería ha atraído una inversión significativa por los vastos depósitos de níquel y otros minerales. Basados en datos del Banco Central, se puede afirmar que la diversificación de la economía dominicana demuestra una visión de futuro que va más allá de un solo pilar.
Mientras que los flujos de IED a nivel global y en América Latina han sufrido contracciones, la República Dominicana ha logrado un crecimiento del 7% confirmado por el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) representando un 41% de los flujos captados en Centroamérica. Este contraste es una prueba de la solidez de nuestras reformas estructurales y de una gestión gubernamental que se ha enfocado en simplificar trámites, incrementar la eficiencia y promover la competitividad.
Además, el país escala al cuarto lugar en el índice global de desarrollo sostenible de la ONU, posicionándose con este vertiginoso ascenso desde el undécimo lugar al best cinco de la región, por encima de México y Costa Rica.
El liderazgo del presidente Luis Abinader ha sido fundamental en este proceso. Su visión ha posicionado a la República Dominicana como un socio estratégico fiable y atractivo para los inversores que busquen un crecimiento sostenido a largo plazo y un entorno de negocios seguro, diverso y rentable.
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