A diferencia de Ecuador y El Salvador, Colombia aprendió hace décadas que no es posible eliminar organizaciones criminales sin diálogo


Fuerzas de las AGC fotografiadas en 2023.

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto,

El Ejército Gaitanista de Colombia es conocido por varios nombres. Antes se autodenominaban Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

La mano dura parece ser la estrategia de moda para combatir el crimen organizado en América Latina.

Es la vía que asumieron las administraciones de Nayib Bukele en El Salvador, Xiomara Castro en Honduras y Daniel Noboa en Ecuador.

Los tres gobiernos libran una guerra abierta contra el crimen aplaudida por muchos, especialmente sus ciudadanos, pero también criticada por distintas organizaciones de derechos humanos por cercenar libertades.

Por eso llama la atención cuando se producen excepciones a lo que ahora parece ser la regla, como la apertura de una posibilidad de diálogo entre el gobierno de Gustavo Petro en Colombia y el autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), el grupo criminal más poderoso del país, más conocido como el Clan del Golfo.

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