Bolsonaro exalta a Musk y reclama una amnistía para los golpistas durante un mitin en Copacabana


El expresidente Jair Bolsonaro no renuncia a participar activamente en política de Brasil aunque está inhabilitado para presentarse a unas elecciones hasta 2030, no es diputado y es investigado por instigar un golpe de Estado contra su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva. El militar retirado de extrema derecha ha encabezado este domingo un mitin en la icónica playa de Copacabana, en Río de Janeiro, en el que, según la prensa local, ha ensalzado al magnate Elon Musk como gran símbolo de la libertad de expresión, ha defendido una amnistía para los implicados en el asalto a las sedes de los tres poderes en Brasilia, en enero de 2023, y ha atacado al juez del Tribunal Supremo que dirige la mayoría de las investigaciones contra él, Alexandre de Moraes.

Bolsonaro, con una camiseta amarilla de la selección de fútbol, ha arengado a los suyos en el paseo marítimo más famoso del país al estilo brasileño, desde el techo de un autobús descubierto. Estaba en Río, donde uno de sus hijos es concejal y la ciudad que durante los últimos 30 años ha sido su principal caladero de votos, sobre todo entre los miembros de las fuerzas de seguridad y la tropa de las Fuerzas Armadas. De todos modos, la afluencia ha sido de unas 32.000 personas, cinco veces menos de los seguidores que reunió en febrero en São Paulo para proclamar su inocencia poco después de que la policía anunciara que le investiga por golpismo.

El anterior presidente ha insistido en su tesis de que los actos violentos en Brasilia a la semana de la toma de posesión de Lula fueron mero vandalismo, no un intento de romper el orden constitucional instigado por el é mismo y algunos de los generales que lo acompañaron como ministros durante su mandato. “Nadie intentó tomar el poder en Brasilia usando armas. Esas personas tenían la bandera verde y amarilla [la enseña de Brasil] en la espalda y muchos tenían una Biblia bajo el brazo”, ha recordado el exmandatario.

La Policía y los jueces del Supremo sostienen, en cambio, que el fin último de los manifestantes que asaltaron la Presidencia, el Congreso y el supremo era sembrar el caos para que los militares intervinieran y Lula fuera apartado del poder.

Bolsonaro ha reclamado, durante el mitin en Río, a los jueces que liberen a los cientos de procesados por el asalto del 8 de enero en Brasilia: “No quieran condenar a un número enorme de personas porque algunos cometieron el error de invadir y vandalizar propiedades, como si fueran terroristas, como si fueran golpistas”.

Simpatizantes del expresidente Bolsonaro lo arropan en la marcha celetrada este domingo en Río de Janeiro.
Simpatizantes del expresidente Bolsonaro lo arropan en la marcha celetrada este domingo en Río de Janeiro.
Antonio Lacerda (EFE)

Bolsonaro ha atacado a Lula, al juez Moraes y ha alabado a Musk, propietario de X, que en las últimas semanas se ha enzarzado en un duelo público con el juez brasileño De Moraes, considerado por muchos el gran dique ante los embates del bolsonarismo contra la democracia aunque también arrecian las críticas por sus excesos. “Han traído al mayor ladrón de la historia de Brasil de vuelta a la escena del crimen [en referencia a la victoria electoral de Lula]. Un defensor de las dictaduras. Lo que quieren es una dictadura, con control social de los medios”, ha proclamado Bolsonaro.

El exmandatario ha proseguido en esa línea de ensalzar a Musk. “Ahora acusan al hombre más rico del mundo, dueño de una plataforma cuyo objetivo es hacer libre al mundo entero, que es X, nuestro viejo Twitter. Es un hombre que preserva la libertad para todos nosotros, que tuvo el coraje de mostrar con todas las pruebas hacia dónde se dirigía nuestra democracia”. El empresario estadounidense, que no oculta su simpatía política por líderes como Trump o Bolsonaro, ha acusado públicamente al juez brasileño Moraes de ser un censor de primer orden y ha amenazado con incumplir sus decisiones judiciales, algo que ya hizo Bolsonaro y que fue uno de los motivos que propiciaron su inhabilitación política durante los próximos seis años.

La otra gran protagonista del mitin ha sido su esposa, Michelle Bolsonaro, que a medida que se multiplicaban los problemas judiciales para su marido ha ido ganando protagonismo en la esfera pública. La señora Bolsonaro, evangélica y buena oradora, ha hecho un discurso con incontables referencias bíblicas y religiosas en general que ha arrancado con un llamamiento a hacer “una política femenina, no feminista”.

Los jueces que acusan a Bolsonaro de urdir un golpe de Estado le confiscaron el pasaporte y le han prohibido comunicarse con el resto de los sospechosos, de manera que en el mitin de Copacabana ha tenido que evitar cruzarse con dos de los participantes en el acto político, el que fue su ministro de Defensa y candidato a la vicepresidencia, el general retirado Walter Braga Netto, y con el presidente de su partido, Valdemar Costa Neto.

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