Los días en Boston son estupendos en esta época del año. Es otoño y la ciudad toma tonos anaranjados, amarillos y rojizos. No es necesario enfundarse en la ropa gruesa que demanda el invierno –que allí suele ser cruel– para tomar un café mientras se pasea por el centro histórico, en pie casi impertérrito desde el siglo XVIII.
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La brisa que corre sobre los muelles contiguos al río Charles o al océano Atlántico todavía acaricia las manos, por lo que será posible tomar varias fotos sin que se le congelen los dedos. En Boston todo es puro like en una de las urbes más históricas y antiguas de los Estados Unidos.
Lo cierto es, sin embargo, que la primavera –entre mediados de marzo e inicios de junio– también es ideal para encaminarse hacia la costa este de ese país. Es cuestión de planearlo y decidirse. Aproveche un viaje a Nueva York, si es que alguno se avecina, para darse una pasada por Boston, ya que está a poco más de cuatro horas en tren o en carro. No hay pierde al programar dos o tres días en este destino impregnado de nostalgia e inspiración, motivo por el que, a continuación, compartimos los puntos imperdibles que deberá incluir en un eventual itinerario.
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Habría que empezar, sin duda, por el centro de la ciudad, cuna de la Independencia de Estados Unidos. Allí se puede recorrer a pie el Freedom Trail, una ruta de 4 kilómetros delineada en rojo y que atraviesa 16 sitios históricos relevantes vinculados a ese suceso.
El trayecto comienza en el famoso Boston Common y termina en el USS Constitution y el Bunker Hill Monument. Hay recorridos acompañados por 20 dólares que duran aproximadamente una hora y media. Lo curioso es que los guías encarnan personajes de la historia de la ciudad.
Igualmente, puede hacer el recorrido a su ritmo y visitando los sitios que sean de su interés, como el Boston Common, que es el parque público más antiguo de toda la nación, terminado en 1634, y una de las áreas verdes más vitales de la vida cotidiana de la ciudad. Presidiéndolo se ubica la Casa del Estado de Massachusetts, uno de los edificios más emblemáticos que allí se yerguen debido a su gran cúpula revestida de cobre.
Y unos metros hacia el oeste se encuentra el Boston Public Garden, que cuenta con una laguna y botes en forma de cisne que tienen más de 100 años y ahora son parte esencial de la ciudad. Allí también se encuentran las esculturas de la familia de patos Mallard, del libro infantil Abran paso a los patitos. Hoy un ícono de Boston.
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Siguiendo el Freedom Trail, se encuentra también el Quincy Market, un infaltable en la ruta. Este mercado, construido entre 1824 y 1826, alberga tiendas de distintos rubros. Allí destacan, por obvias razones, las relacionadas con la gastronomía y los restaurantes. Hay comida internacional y tradicional, como la sopa de almejas que puede encontrar en Boston Chowda Co.
Aunque Quincy Market es un edificio independiente, este hace parte del Faneuil Hall Market Place. En este recinto comercial también se incluye el Faneuil Hall, donde empezó a tomar forma el proceso independentista, comenzó el mercado y tenía lugar la actividad comercial de Boston en 1742.
En el recorrido deberá sumar el distrito financiero, donde se encuentra el mirador del Prudential Tower, desde donde podrán obtenerse las mejores vistas de la capital del estado de Massachusetts.
Dicen que cuando uno va a Boston, finalmente, se empapa del deseo de volver a estudiar. Ello porque en Cambridge, ciudad contigua a Boston, se localizan algunas de las más prestigiosas universidades del mundo, las cuales pueden ser visitadas en recorridos de unas cuantas horas. En la periferia, por ejemplo, está el campus de la Universidad de Harvard y el del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Si el tiempo no es suficiente para escaparse hasta allá, puede visitar la biblioteca pública en el centro, una joya de la arquitectura renacentista. Imperdible.
GABRIELA MACHUCA CASTILLO (*)
EL COMERCIO (PERÚ) – GDA
* Con información adicional de EL TIEMPO.