Treinta años han pasado desde la primera conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa en 1994 y de la histórica Declaración de Santiago (Chile) sobre el desarrollo de los medios de comunicación y la democracia en América Latina y el Caribe. En el marco de este importante hito, del 2 al 4 de mayo de 2024, el país andino y la Unesco serán nuevamente anfitriones, esta vez de la trigésima versión de la Conferencia del Día Mundial de la Libertad de Prensa, cuyo propósito será, como todos los años, fortalecer el derecho a la libertad de prensa y expresión, así como el desarrollo y reconocimiento de los medios de comunicación, su independencia y pluralismo alrededor del mundo.
La versión de este año estará dedicada a la importancia del periodismo y la libertad de expresión en el contexto de la actual crisis medioambiental mundial. Este espacio de acción y de reflexión se hace aún más relevante dado que América Latina y el Caribe es una de las regiones más crítica para el ejercicio del periodismo debido a los homicidios y otras graves vulneraciones.
Esta situación de violencia e inminente peligro a la vida es por la cual los trabajadores de la comunicación requieren protecciones especiales para desempeñarse libremente. Los y las periodistas deben tener la libertad y la seguridad para generar sus contenidos, los que representan una forma de expresión pública de nuestros derechos colectivos.
Esta protección especial se hace más urgente cuando el desarrollo sostenible está en riesgo. La triple crisis planetaria —cambio climático, pérdida de la biodiversidad y contaminación—, sus conexiones con la salud pública, con la necesidad de fortalecer la democracia y combatir la desinformación y la información errónea, entre otros temas, se han convertido en desafíos cruciales para la humanidad.
El ecosistema de la información tiene un papel fundamental para responder a esta crisis. El acceso a información confiable y el fortalecimiento del periodismo ambiental y científico independiente son más críticos que nunca. Es importante ser muy claro: tanto los periodistas independientes como los científicos son actores cruciales para ayudar a nuestras sociedades a separar los hechos de las mentiras y la manipulación, con el fin de tomar decisiones informadas, incluidas aquellas relacionadas con las políticas ambientales. Los periodistas de investigación también están revelando crímenes ambientales, exponiendo la corrupción e intereses poderosos y, en ocasiones, sufriendo consecuencias fatales por hacer su trabajo.
Es por lo anterior que, en 2024, buscamos resaltar el importante papel global que desempeñan la prensa, el periodismo, el acceso y la divulgación de la información para garantizar y asegurar un futuro sostenible que respete los derechos de las personas y su diversidad de voces.
La Unesco está firmemente comprometida con estos objetivos. Para que los tomadores de decisiones y la sociedad civil puedan fortalecer sus capacidades para afrontar los desafíos ambientales. Y, sobre todo, para que podamos garantizar la protección tanto al periodismo como a los periodistas y así permitirles continuar realizando su insustituible trabajo.
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