Ciudad de México sale a celebrar el orgullo LGTBI+ con ganas de erradicar el odio al colectivo


Una drag queen con un despampanante vestido rojo se alza por encima de los dos metros de altura. Una familia se detiene, todos sonrientes, para sacarse una foto con ella. A su alrededor, miles de personas han acudido este sábado a la marcha del orgullo LGTBI+ número 46, que recorrerá el Paseo de la Reforma para llegar hasta el Zócalo de Ciudad de México. Una reivindicación en la que no se ha visto a tantas marcas usar la bandera arcoíris junto a sus logos como otros años, después de las acusaciones de varias agrupaciones del colectivo que alegaban que las grandes compañías se habían apropiado de la marcha. “¿Dónde están, dónde están, nuestros hermanes dónde están?”, grita una asociación contra la desaparición de personas trans. La marcha es una celebración, pero también el recuerdo de que México sigue siendo el país latinoamericano con más crímenes de odio.

Baby Buddy es el nombre drag de Amanda. La chica de 22 años actúa esporádicamente en algunos locales de la Zona Rosa, una de las colonias de la capital mexicana que durante todo el año es punto de encuentro para el colectivo. Recuerda la histórica marcha de 2022, en la que 500.000 personas llenaron el Zócalo a la vez que mira al futuro. “Creo que todavía nos falta luchar por la visibilidad de las demás personas del espectro. Ya le dimos bastante visibilidad a las personas gay, a los hombres gay, pero nos olvidamos de los bisexuales, asexuales, pansexuales”, explica.

En los últimos días, varias agrupaciones del colectivo LGTBI+ se habían dividido con críticas hacia las empresas, a las que acusaban de adueñarse de la marcha con la bandera arcoíris junto a sus logotipos. También de cobrar miles de pesos por desfilar y de apartar las luchas de la comunidad. Finalmente, apenas se han visto iconos de grandes empresas en el orgullo. “Hoy es un día por pelear por nuestros derechos, darnos visibilidad. Que las marcas sepan, que no nada más existimos en este mes, que existimos todos los días y resistimos”, protesta Amanda.

Una pareja de mujeres se abraza durante la marcha del orgullo en Ciudad de México, este 29 de junio.
Una pareja de mujeres se abraza durante la marcha del orgullo en Ciudad de México, este 29 de junio. Stephani Spindel (REUTERS)

Tomás Zubiri y su marido han venido a celebrar el Día del Orgullo vestidos de faunos. Con su torso al aire, el hombre de 45 años recuerda lo mucho que ha avanzado México, sobre todo desde que el matrimonio igualitario se aprobó en Tamaulipas en octubre de 2022. Era el único de los 32 Estados que faltaba. Sus recuerdos son los que le animan a seguir la lucha. “Antes de nosotros pisaron algunas otras personas que no la pasaron bien, tengo amigos de esa vieja escuela, y era muy cruel. El día de hoy ya es una celebración, aunque también de lucha por conseguir un lugar más amplio y de mejor calidad en la sociedad”, explica.

Hace tan solo ocho años, Zubiri veía en las portadas de los periódicos locales de Tampico, en Tamaulipas, titulares y fotos que le horripilaban. “Si encontraban a una persona trans en Tampico, la detenían, lo exponían en público y lo sacaban en los periódicos anunciándolo como maricón o puto. Es una cosa denigrante, hace falta educación”, exige. En México, 20 de los 32 Estados tienen una ley de identidad sexual, y los colectivos trans esperan una legislación federal para que cualquier persona pueda cambiar de género. El pasado abril México dio el paso de prohibir las “terapias de conversión”.

Alrededor del Paseo de la Reforma, la marcha es un jolgorio. A pesar de la amenaza de lluvia que los meteorólogos habían pronosticado, en la calle no cabe un alfiler entre personas del colectivo y vendedores que aprovechan para ofrecer banderas multicolores, coronas y gorras ambientadas en el orgullo. Finalmente, un radiante sol ha acompañado gran parte de la marcha.

Personas de la diversidad sexual marchan con banderas de Palestina frente a un carro alegórico durante el desfile del orgullo de este año en la capital mexicana.
Personas de la diversidad sexual marchan con banderas de Palestina frente a un carro alegórico durante el desfile del orgullo de este año en la capital mexicana.
Quetzalli Nicte-Ha (REUTERS)

La fiesta contrasta con la pancarta junto a la que está situado Carlos Ventura, de 43 años, colaborador de Servicios y Asesoría para la Paz, una organización que acompaña al colectivo de desapariciones de personas trans. “Es un día de visibilizarnos, de sentir orgullo por lo que somos, pero no olvidar a todas nuestras hermanas y nuestros hermanos de la comunidad que han enfrentado los estragos de la violencia”, alerta Ventura.

Entre 2019 y 2022 hubo 305 actos violentos contra personas del colectivo por motivos de odio, según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio Contra personas LGTBI+. La mayor cifra de Latinoamérica. El último, el asesinato de la activista LGTBI+ Valentina Sodi en Morelos hace tan solo dos días.

La violencia también ha llegado a las instituciones públicas. Ocho hombres han sido acusados en Michoacán de presentarse a presidencias municipales como mujeres transgénero. “En México siempre hay tentaciones de retrocesos. Entre ellos, estos hechos desafortunados de personas que por acceder al poder hacen ese tipo de tropelías y de negligencias”, explica Ventura. Enseguida su colectivo comienza a marchar. El orgullo ha logrado ser una de las movilizaciones sociales más importantes de la última década en todo el mundo. Ventura lanza un último mensaje: “Hoy nos mueve también el amor, la esperanza de que podemos transformar este país”.

Espectadores se reúnen este sábado para ver el desfile en Paseo de la Reforma, en Ciudad de México.
Espectadores se reúnen este sábado para ver el desfile en Paseo de la Reforma, en Ciudad de México.Aurea Del Rosario (AP)

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