Diana Mondino: La canciller de Argentina, tras la inspección a una estación espacial China en la Patagonia: “Son chinos, son todos iguales”



Desde que Javier Milei asumió el poder en Argentina, la Cancillería se ha visto obligada a apagar incendios diplomáticos en Brasil, Colombia y China ocasionados por agresivas declaraciones presidenciales contra los mandatarios de estos tres países. La titular de la cartera de Exteriores, Diana Mondino, viajó a Brasilia y Bogotá a mitad de abril y esta semana tuvo su primera visita oficial en Pekín para limar asperezas y afianzar las relaciones bilaterales. En las últimas horas, sin embargo, la nueva polémica internacional ha estado protagonizada por Mondino a raíz de una frase pronunciada en una entrevista tras el fin del viaje a China. “En la base china nadie identificó que hubiera personal militar; son chinos, son todos iguales”, tituló el diario Clarín la entrevista hecha a la canciller en París. La frase corrió como la pólvora a través de redes y teléfonos y fue acusada de xenófoba y discriminadora.

La canciller rechazó este viernes que sus palabras tuviesen el sentido de negar las diferencias existentes entre los habitantes de China y aseguró haber sido malinterpretada. Aclaró que estaba hablando de la inspección estatal a la estación espacial china que había tenido lugar unos días antes. Esa visita sirvió para despejar las dudas existentes —incluso dentro del propio Gobierno argentino— sobre un posible uso militar del complejo, situado en una zona remota de la provincia patagónicas de Neuquén.

“Lo que destaqué fue la naturaleza civil del personal, que no había uniformes. Los argentinos también eran todos iguales, ninguno uniformado”, declaró a Radio Mitre. El portavoz presidencial, Manuel Adorni, salió también en su rescate. “La discriminación no está dentro de su alma”, la defendió Adorni en su rueda de prensa matutina en la Casa Rosada.

Las declaraciones de Mondino se difundieron en un momento delicado en la relación entre ambos países: Argentina intenta retrasar la devolución —prevista para junio— de un préstamo que recibió de China a través de un intercambio de moneda. Al mismo tiempo, busca atraer inversiones del gigante asiático al país, en especial, la reactivación de las obras de dos centrales hidroeléctricas en la provincia patagónica de Santa Cruz que supondrían una inyección de más de 500 millones de dólares. El encuentro bilateral en Pekín concluyó sin cerrar ninguno de esos objetivos, pero las conversaciones siguen abiertas.

El intento de acercamiento a las autoridades chinas contrasta con la distancia marcada por Milei desde que asumió. A diferencia de los gobiernos argentinos anteriores, que negociaron tanto con China como con Estados Unidos en un intento de sacar partido de la rivalidad de las dos potencias, Milei se ha posicionado con claridad con Washington y ha expresado su rechazo a hacer pactos con un régimen comunista. Tras la elección de Milei, las autoridades chinas advirtieron al nuevo Gobierno que sería “un grave error” romper relaciones dado el volumen del intercambio comercial entre ambos países. Argentina tomó nota. Aunque la retórica anticomunista sigue intacta, las reuniones bilaterales y la búsqueda de acuerdos muestran una cara mucho más pragmática.

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