El alcalde de Bogotá decreta un racionamiento de agua ante el nivel bajo nivel de los embalses



El tiempo seco ocasionado por el fenómeno de El Niño, que ha afectado a casi toda Colombia, ha motivado este jueves el anuncio de un racionamiento de agua para Bogotá, según ha informado el alcalde de la ciudad, Carlos Fernando Galán. El mandatario ha descrito como “crítica” la situación de los embalses que proveen a la capital de agua. “Desde el mes de enero hicimos un llamado muy insistente de ahorrar agua. Logramos un ahorro, pero no ha sido suficiente. Además, […] el fenómeno de El Niño ha sido muy fuerte y eso ha llevado a una situación crítica de los embalses”.

Según ha explicado el alcalde Galán, la ciudad será dividida en varias zonas y el racionamiento irá rotando por cada una de ellas. Es decir, no toda la ciudad se va a quedar sin agua al mismo tiempo. Añadió, además, que cortes diarios de dos o tres horas no son suficientes para mitigar la situación: las interrupciones en el suministro pueden ir desde las 12 hasta las 24 horas en una misma zona. A falta de que las autoridades terminen de diseñar el plan de ahorro, las zonas y los horarios del racionamiento serán anunciados lo próxima semana.

De acuerdo con los datos de la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca, la mayoría de las reservas de las que procede el agua para Bogotá tienen hoy en día una tendencia descendente. Así ocurre con los tres embalses de la zona norte: el Neusa (que está en el 82,17% de su capacidad), el Sisga (50,75%) y Tominé (52,03%). El promedio total de almacenamiento de los tres es de 55,40%. En la misma tendencia descendente se encuentra el sistema Chingaza, que integran los embalses de Chuza (15,41%) y San Rafael (18,75%). El embalse de El Hato, ubicado en el municipio de Carmen de Carupa, también tiene la misma tendencia, aunque con un 82,3% de su capacidad. Algo diferente ocurre en la zona sur, cuyas dos reservas tienen una tendencia estable: Chisacá (con un 49,47% de su capacidad) y Regadera (30,57%).

El director de la CAR, Alfred Ignacio Ballesteros, ha aclarado, sin embargo, que las reservas de los mencionados sistemas de regulación todavía permiten garantizar el abastecimiento de agua a Bogotá y a todos los municipios aledaños que dependen de su acueducto. Sin embargo, hizo énfasis en que la situación no permite relajamientos y que es necesario racionar el agua. Entre las recomendaciones que menciona el Acueducto de Bogotá para ahorrar agua están reducir el tiempo de las duchas, revisar los empaques de las tuberías y grifos para evitar escapes, usar la lavadora en carga máxima, lavar los tanques de almacenamiento para que el agua allí contenida sea potable y lavar los carros usando baldes, no mangueras.

El lunes pasado, el presidente de la República, Gustavo Petro, emitió una directiva que consta de cinco puntos en la que daba instrucciones a los mandatarios locales para que pusieran en marcha estrategias encaminadas a lograr un ahorro real de agua. Entre ellas se encuentran el establecimiento de metas verificables de ahorro de energía y de agua con una evaluación semanal. También pidió desarrollar campañas de concienciación para racionar los servicios o incluir mensajes que tengan ese objetivo en las páginas de internet oficiales. También solicitó, entre otras cosas, aprovechar al máximo la luz natural en las oficinas, instalar bombillos ahorradores y sensores de movimiento en los lugares donde no haya personas de manera permanente.

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En enero de este año, las altas temperaturas registradas en Bogotá y en las poblaciones que integran su área metropolitana causaron graves incendios en áreas rurales y boscosas que tardaron varios días en ser controlados. La contaminación ocasionada por las zonas que el fuego quemaba llevó a declarar una alerta ambiental en la ciudad que incluyó restricciones en la movilidad. Aquellas fueron las consecuencias más palpables de un fenómeno de El Niño cuyo impacto se vaticinó desde octubre de 2023, cuando la Organización Meteorológica Mundial (OMM) indicó que el fenómeno, que comenzó a mediados de ese año, se prolongaría hasta este mes de abril y que sería mucho más duro que lo habitual.

También en octubre del año pasado, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) anticipó que El Niño podía llegar incluso hasta mayo de este año, con “una probabilidad de ser fuerte” de entre el 75% y el 85%, lo que se traducía en carencia de agua durante los primeros cinco meses de 2024. En ese momento, en una visita al departamento Caribe de Córdoba, el presidente Petro había invitado a ahorrar agua y había pedido a los alcaldes recolectar la mayor cantidad de aguas de lluvia para hacer frente a la sequía.

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