El chavismo critica el regreso de las sanciones de Estados Unidos y asegura que no se comprometió a habilitar a Machado



Jorge Rodríguez, el jefe de la delegación chavista firmante de los acuerdos de Barbados y mano derecha del presidente Nicolás Maduro, ha rechazado este miércoles el anuncio de Estados Unidos de reanudación de sanciones económicas a Venezuela y ha acusado a ese país de “faltar a su palabra” respecto a lo conversado en Doha. Acompañado de otros jerarcas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) cercanos al entorno político del alto Gobierno reunidos en el Palacio Federal Legislativo de Caracas, Rodríguez ha hecho un pormenorizado recuento de los hitos más relevantes del diálogo político con los Estados Unidos y la oposición venezolana en este tiempo.

Rodríguez se empeñó en aclarar que “jamás se habían comprometido a permitir participar en estas elecciones a quienes hayan violado la Constitución y hecho llamados a la violencia”, aludiendo a María Corina Machado, y reivindicó que el oficialismo “ha cumplido su palabra, respecto al calendario electoral, a la observación internacional y a las garantías del voto”. Seguidamente, comentó que, por estos días, había recibido en Venezuela a una misión de la Unión Europea: “Como siempre lo hemos hecho, y a diferencia de los Estados Unidos, que no permite observación internacional en sus elecciones”. “Supe que está aquí una delegación del Centro Carter; son bienvenidos a Venezuela. No los voy a poder atender por problemas de agenda”, añadió.

Mientras Rodríguez acusaba recibo de las predecibles malas nuevas que ofrecía la administración Biden, el aparato de propaganda oficialista, que esperaba el anuncio de Washington, desplegaba una vigorosa campaña para presentar su versión de lo sucedido, con etiquetas tendencia en las redes sociales como #VenezuelaSeRespetaYPunto o BidenLevantaElBloqueoYa. Además, se desplegaron vallas publicitarias donde se responsabiliza a la oposición de la tragedia social y económica de estos años.

Terminada la alocución de Rodríguez, el propio presidente Maduro encadenó la señal de radio y televisión para trasmitir y moderar, con característico voluntarismo, una feria de productores agropecuarios privados en los cuales se hicieron reiterados comentarios sobre la reactivación de la economía. “El Fondo Monetario Internacional, que no nos quiere (tampoco nosotros a ellos), está proyectando un crecimiento económico de 4 puntos de PIB para Venezuela este año”, dijo Maduro, cuyo Gobierno se pasó años sin publicar las cifras formales de la economía, negando la existencia de una crisis. Eso ocurrió en los momentos más graves de la contracción, la hiperinflación y el desabastecimiento que configuraron el histórico crack económico venezolano comprendido en el periodo 2013-2019.

En medio del esfuerzo por ofrecer una imagen vigorosa, el presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Pedro Tellechea, convocó a los periodistas internacionales a un acto en el cual la petrolera española Repsol reiteró sus compromisos de inversión en el país, incluyendo los últimos acuerdos en los campos petroleros de Quiriquire y las inversiones gasíferas.

De sus tradicionales 3.000.000 de barrilles diarios, Venezuela comenzó un lento declive productivo a partir de 2005, en plena efervescencia del chavismo. Agravado por la politización, la desinversión y la corrupción desbordada, y con la puntilla de las sanciones internacionales, la producción nacional de petróleo llegó a los 300.000 barriles diarios en 2021. Las licencias y los acuerdos parciales de algunas empresas con PDVSA, junto a algunas gestiones de Tellechea, han recuperado la producción a los 890.000 barriles diarios actuales.

Tellechea afirmó de nuevo que, a pesar del regreso de las sanciones estadounidenses, el país está abierto a discutir los parámetros y fomentar acuerdos con otras petroleras del mundo que quieran invertir en los campos venezolanos y quiso minimizar el impacto de lo anunciado. “No creo que estas medidas vayan a generar nada. Con la licencia 44ª, las empresas interesadas en trabajar con nosotros podrán pedir su licencia individualmente”.

En su alocución, Rodríguez hizo varios giros reflexivos sobre el contenido moral de la palabra empeñada y la decencia política, siempre aludiendo a los funcionarios estadounidenses, y omitiendo la existencia de los políticos opositores, salvo para descalificarlos individualmente. “A mí me daría vergüenza haber firmado este acuerdo y luego salir a desmentirlo de esta manera”, explicó. Como otras veces, Rodríguez pidió “al pueblo venezolano” que “alce su voz” en contra de las sanciones “y medidas coercitivas” solicitadas “por los apellidos y el gobierno de Estados Unidos”

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