El sector de las telecomunicaciones arrastra el perfil de deuda de las empresas latinoamericanas



La deuda de los corporativos latinoamericanos se ha deteriorado y tiene mucho que ver con el mal manejo de las finanzas en dos empresas de telecomunicaciones: la chilena WOM y la mexicana Total Play. De acuerdo con un reporte de la firma de riesgo crediticio Fitch Ratings, las rebajas de calificación en bonos de deuda corporativos latinoamericanos superaron en más de cuatro veces las mejoras durante el primer trimestre del año. Entre los bonos corporativos de la región que Fitch califica, la relación entre rebajas y mejoras en fue de 4,3 veces, mientras que en su cartera global fue de 1,4 veces.

Este no es el peor momento que han pasado los corporativos latinoamericanos, asegura Carla Taylor, jefa de análisis de corporativos para la firma en Nueva York, pero sí es particular que el deterioro en el perfil crediticio está concentrado en pocos sectores. El 90% de las reducciones en lo que va del año están en tecnología, medios y telecomunicaciones, recursos naturales e industrial.

“No es totalmente inusual que las rebajas superen las mejoras, pero el mayor problema aquí es la concentración que vimos el último trimestre en las rebajas en el espacio de tecnología y medios de telecomunicaciones en América Latina”, dijo Taylor en videollamada. La deuda latinoamericana, tanto soberana como corporativa, tiende a comprarse en paquetes o índices por inversionistas globales, por lo que la reducción en calificación de una empresa pudiera, a veces, impactar a otras.

En abril, la tercera empresa más grande de telecomunicaciones de Chile, WOM, se declaró en bancarrota cuando no logró refinanciar una deuda de 348 millones de dólares que vencía en noviembre. Sus bonos pasaron de considerarse de alto riesgo con una calificación de B- a “especulativo” con CCC- a, finalmente, D de default en los primeros meses del año. WOM, y otras empresas de telecomunicaciones están pasando por lo que ya pasaron sus pares en economías desarrolladas: una imposibilidad de adaptarse con rapidez a las tecnologías.

“A medida que la tecnología se ha vuelto obsoleta mucho más rápido, el tiempo entre pasar de 2G a 3G, luego a 4G y así sucesivamente se ha acortado. Por lo tanto, estas empresas en realidad tienen que invertir y obtener un retorno de esa inversión mucho más rápido, lo que ya ha cambiado la forma en que opera la industria”, explica María Pía Medrano, analista para la región Latinoamericana en Fitch.

El caso de WOM pudiera pasar a la historia como una lección en manejo de márgenes. La empresa irrumpió en el mercado en 2015 con una agresiva campaña publicitaria y una oferta de precios mucho más bajos que los competidores. Esto creó “un entorno en el que todo el mundo tiene que invertir y nadie puede cobrar porque los precios bajaron significativamente. Toda la industria cayó y tuvo que bajar los precios para seguir compitiendo porque necesitan asegurarse de que haya gente usando su red. Fue simplemente una mala dinámica”, explica Medrano.

Fitch considera que esto deterioró el perfil crediticio de la mayoría de las empresas de telecomunicaciones en Chile y señala que las empresas pasaron de tener márgenes del 30% hace unos años a tener solo 10% actualmente0

En otra esquina de esta historia está Total Play, empresa del tercer hombre más rico de México, Ricardo Salinas Pliego. En febrero, Fitch recortó la calificación de 213,5 millones de dólares en bonos corporativos de la empresa de B- a CCC+, lo que implica que pasó de ser considerada “altamente especulativa” a “con riesgo crediticio sustancial”. El recorte se hizo después de que Grupo Salinas, empresa matriz, anunciara que había llegado a un acuerdo para refinanciar parte de la deuda con un grupo exclusivo de bonistas.

Lo que es interesante sobre el caso de Total Play es que no es característico de todo el sector en México, sino que es algo idiosincrático, asegura Martha Rocha, analista del sector de telecomunicaciones en América Latina de Fitch, desde Ciudad de México. De hecho, Fitch recientemente mejoró su perspectiva en torno a los bonos de la empresa competidora del magnate Carlos Slim, América Móvil. Y el mercado se ha vuelto más competitivo desde que Televisa ha entrado con mayor fuerza a la telefonía.

“La pregunta para el mercado mexicano de telecomunicaciones es si va a seguir el modelo chileno o van a ser disciplinados como hasta ahora”, concluye Rocha.

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