Impacto en Chile por el video de un asalto y asesinato a plena luz del día en Yungay, el barrio del presidente Boric



El vídeo difundido este jueves en Chile, que muestra el momento exacto en que un delincuente asalta y mata a un ciudadano peruano en Yungay, el barrio de Santiago de Chile donde vive el presidente Gabriel Boric, conmociona a los chilenos por la crueldad de los hechos: la víctima no había opuesto resistencia y el criminal de todas formas le dio un tiro en el cráneo, lo que le causó la muerte. Ocurrió este miércoles 1º de mayo, festivo en el país sudamericano, a las nueve de la mañana, a plena luz del día. Fue en calle Libertad, cerca de la casona presidencial, ubicada en calle Huérfanos, justamente entre las calles Libertad y Esperanza, donde el crimen fue grabado por las cámaras que hay en el sector. Es un barrio con mucha historia azotado hoy en día por la delincuencia desatada, pese al vecino ilustre que llegó a vivir ahí a comienzos de 2022, lo que ha aumentado la presencia policial.

No es nuevo que en Yungay se comentan delitos muy graves. Ya en diciembre de 2022 EL PAÍS informaba que este sector patrimonial, junto con el de Franklin, concentraban un tercio de los homicidios registrados en todo el municipio del centro de la capital chilena aquel año. A comienzos de febrero pasado, en tanto, los habitantes de Yungay se manifestaban contra la delincuencia, en la llamada caminata del silencio que recorrió el barrio. Hacía pocos días habían asaltado violentamente a un convento en el barrio y a dos monjas fueron tomadas como rehenes las amenazaron con violarlas. El presidente, en medio de la manifestación de hace tres meses, se acercó a sus vecinos para conversar. “Venía llegando del trabajo y me cuentan de esta manifestación. No basta con palabras al aire. Acá lo que se necesita son acciones concretas porque tenemos un problema real en América Latina. La inseguridad afecta a la vida cotidiana de miles de chilenos y chilenas, y restringe el ejercicio de otros derechos”, aseguró Boric, que les relató las medidas que estaba tomando La Moneda para controlar la delincuencia sobre todo en Santiago de Chile.

Sobre el crimen de este 1º de mayo, el comisario Daniel Alarcón, de la Brigada de Homicidios Centro Norte, informó que “la víctima se desplazaba por esta arteria –calle Libertad– siendo interceptada por un sujeto que lo intimida con un arma de fuego para quitarle sus pertenencias y luego efectuarle un disparo en la región del cráneo”. El policía aseguró que la víctima, de 39 años, había ingresado por el norte del país y estaba en calidad de turista en Chile, es decir, había ingresado hace menos de tres meses al territorio nacional.

El mayor de Carabineros, Mauricio Meneses, afirmó que se encuentran estudiando el modus operandi del atacante. “Al parecer habría un segundo autor esperándolo en un vehículo, por la primera información que tenemos y ahí huye del sector”, informó.

Poco antes de asumir en marzo de 2022, Boric arrendó una casona en el barrio Yungay, cerca del centro de Santiago, una mezcla entre San Telmo de Buenos Aires y el multicultural Lavapiés de Madrid, un lugar con inmensa historia desde donde hace décadas se fugó la clase alta de la capital. Para los patriotas del siglo XIX fue un barrio de gestación de la República. Si en el casco histórico de la ciudad estaban los terratenientes y en las afueras los vasallos campesinos –en una sociedad muy feudal–, en el barrio Yungay empieza a surgir una clase media intelectual que concibe la República, que fue un gran prestigio del país. Hoy, sin embargo, aunque con mucho encanto, enfrenta problemas diversos como la delincuencia.

Los líderes de la oposición, como Evelyn Matthei, la política que lidera por el momento la carrera presidencial 2025, reaccionó a través de las redes sociales: “Realmente una brutalidad que impacta y apena”, aseguró la actual alcaldesa de Providencia.

Hace solo algunas horas, el municipio de Santiago, liderado por Irací Hassler, militante del Partido Comunista, parte del oficialismo, anunciaba que en el barrio Yungay se recuperaba una vivienda ocupada hace cuatro años, la número 22 rescatada en esta zona de la capital chilena. Pero el Estado en ocasiones parece superado ante una crisis de delincuencia inédita que indigna y asusta a los chilenos.

Paulo Contreras, jefe contra el crimen organizado de la policía chilena, aseguraba a fines del años pasado a EL PAÍS que “la delincuencia que presenciamos no tiene respeto a la vida”. El fiscal nacional, Ángel Valencia, a este mismo periódico explicaba en febrero: “Nosotros estábamos familiarizados con que si alguien en el contexto de un robo agredía o mataba a otra persona, lo hacía para asegurar que se iba a quedar con lo que estaba tratando de robar: ‘Te mato o te amenazo para robarte’ y no ‘te robo, y después de que te robo, te mato’. Eso es para infundir temor en la población y ‘para que veas lo feroces que somos en esta banda’. Antes la violencia era para asegurar el resultado del delito y no para infundir temor a la comunidad”.

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