Jorge Méndez, el periodista comunitario que buscaba cambiar la imagen de La Gabarra y temrinó asesinado



“¿Solo conoces la Gabarra por lo que te han dicho?”, preguntaba el periodista comunitario Jorge Méndez Pardo, conocido como Yeiko, en una página de Facebook que había creado para cambiar la imagen de su corregimiento. La Gabarra es una zona del municipio de Tibú, el más grande de la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela y conocida por la presencia de varios grupos armados ilegales y por ser uno de los mayores enclaves de cultivo de coca en el mundo. En esa red social, Yeiko solo publicaba noticias positivas: promovía un bazar para recolectar fondos, celebraba que se empezara a pavimentar una vía o que se iluminara con los colores de la bandera nacional un puente vehicular sobre el río Catatumbo. Por ello, su muerte envía un mensaje completamente contrario al que quiso dar en vida. Su cuerpo fue hallado este jueves 27 de junio con signos de tortura y múltiples impactos con arma de fuego.

Los autores del asesinato, por ahora desconocidos, dejaron abandonado el automóvil en el que se movilizaba el periodista. Fue hallado por pobladores en la vía que comunica los sectores conocidos como La Silla y La Llana. Alertaron a la Policía de Norte de Santander, que empezó una búsqueda y halló el cuerpo del comunicador en la vereda La Florida, ubicada muy cerca de la vía pavimentada que comunica el caso urbano de Tibú con la capital regional, Cúcuta. Las autoridades han iniciado una investigación para establecer quiénes son los responsables del crimen.

La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) se refirió al asesinato en su cuenta de X y envió sus condolencias a familiares y amigos. También destacó el trabajo de Méndez como reportero y resaltó que su página en Facebook, La Gabarra con una imagen diferente, contaba con más de 650.000 seguidores. “Estamos documentando el caso e instamos a las autoridades a esclarecer estos hechos”, dice la publicación. Richar Claro, alcalde de Tibú, también lamentó lo ocurrido y lo calificó como un trágico asesinato.

Es cierto lo que aseguraba Yeiko sobre La Gabarra, pero se extiende a todo el municipio.“De Tibú solo se difunden noticias negativas: bombas, masacres, secuestros, asesinatos, extorsiones, reclutamiento a menores de edad”, inicia una crónica sobre este municipio publicada en EL PAÍS en septiembre de 2023. Es conocido por ser el pueblo con más hectáreas de coca del planeta y el más poblado del Catatumbo. La Gabarra es conocida por un episodio que la llevó al escenario nacional y marcó su historia reciente. En 1999, paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia asesinaron a entre 35 y 43 personas, acusándolas de ser guerrilleros. Desde entonces, el corregimiento quedó vinculado a uno de los hechos más sangrientos del largo y violento conflicto colombiano por el nombre que se le dio: masacre de La Gabarra. Y no fue la última: en 2004 fueron miembros de la ahora extinta guerrilla de las FARC quienes asesinaron a 34 campesinos en la zona, para entonces bajo el dominio paramilitar.

El Gobierno de Gustavo Petro ha buscado darle una nueva identidad a la región. Escogió a Tibú como el lugar donde el 8 de octubre de 2023 se habría de firmar la instalación oficial y el cese al fuego con el autodenominado Estado Mayor Central, una de las dos grandes sombrillas que reúne a las disidencias de las FARC, liderada por Iván Mordisco y con presencia en el Catatumbo. Sin embargo, la firma fue postergada por dificultades entre las partes y la violencia continuó. El 21 de noviembre fue asesinado Jhair Fernando Rivera Pérez, un reconocido líder social del municipio.

En Tibú no solo hacen presencia las disidencias de las FARC, sino también el ELN, así como Los Pelusos, un grupo disidente de la desmovilizada guerrilla del EPL que no se sumó a acuerdo de paz de 1991. Se suman bandas criminales transfronterizas, como el cartel de Sinaloa y el Tren de Aragua. Los fiscales, los jueces, los alcaldes, cualquiera que busque impartir justicia es amenazado. Jorge Méndez, sin embargo, quiso enfocarse en lo bueno: mostraba la vida diaria de la gente campesina, los encuentros comunitarios, las familias reunidas. Pero hablar solo de lo positivo no le bastó para quedar al margen.

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