El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica se someterá a un tratamiento de radioterapia para combatir el cáncer que padece en la parte inferior del esófago, según lo confirmó este jueves su médica personal, Raquel Pannone. En conferencia de prensa, Pannone indicó que la terapia tendrá lugar en una clínica privada de Montevideo desde la semana que viene y su duración dependerá del plan que establezca el equipo médico en las próximas horas. “El objetivo máximo es la curación, el objetivo intermedio es que tenga una larga sobrevida y una buena calidad de vida, en eso nos vamos a esforzar”, expresó. Además, la médica de Mujica hizo hincapié en que el tumor maligno se encuentra localizado en el esófago y que ningún otro órgano se encuentra comprometido.
“Pepe tiene un cáncer de esófago. Eso lo resalto porque a veces nos cuesta ponerles nombre a las cosas y usamos eufemismos”, dijo Pannone en la sede del Movimiento de Participación Popular (MPP), grupo político de izquierdas que lidera Mujica. En ese mismo lugar, el expresidente había anunciado el lunes que le habían detectado un tumor tras un chequeo médico que completó el viernes pasado. Pannone dijo que el estudio de anatomía patológica hecho luego de esos resultados mostró que el tumor es maligno, no demasiado extenso y que está localizado en la parte inferior del esófago. Otros estudios, como una tomografía y una ecografía, revelaron que no tiene lesiones de ese tipo en otro órgano.
Pannone detalló que el grupo de profesionales que atiende al exmandatario se decantó por la radioterapia, teniendo en cuenta la edad de Mujica (cumple 89 años el 20 de mayo) y la enfermedad inmunológica que padece desde hace más de dos décadas, además de una vasculitis y una insuficiencia renal. “Estos hechos alejan la posibilidad del tratamiento quirúrgico en este momento, también la quimioterapia, y nos quedamos con la radioterapia”, señaló. El tratamiento comenzará la semana que viene en Uruguay, informó Pannone, a pesar de haber recibido ofrecimientos de diferentes clínicas de países como Brasil y Argentina. “Pepe tiene la posibilidad de seguir con su actividad, de seguirnos acompañando, de seguirnos aconsejando en la vida (…) Vamos a seguir peleando esta batalla”, concluyó Pannone.
Parte de lo dicho en el mediodía de este jueves por su médica personal ya había sido adelantado por Mujica el 1 de mayo. “Me han hecho un chequeo de todos lados y el asunto está localizado, es una variante celular que es muy atacable por radiación, es casi seguro que el tratamiento que me van a imponer sea por radiación”, comentó a los periodistas. Con motivo del Día de los Trabajadores, Mujica se reunió con correligionarios políticos y colegas en el “Quincho de Varela”, la barbacoa de un amigo ubicada cerca de su casa en Rincón del Cerro, al oeste de Montevideo. Allí manifestó su agradecimiento por las muestras de afecto recibidas y los ofrecimientos que le llegaron desde el exterior, Brasil, Argentina y Estados Unidos, para tratar su enfermedad. “Yo no voy a ir ni a la esquina. Yo confío en los médicos uruguayos y a la edad que tengo agradezco mucho, vamos a ver lo que podamos arreglar acá en el barrio nomás”, expresó.
El exmandatario destacó especialmente las llamadas que le hicieron personalidades de todo el espectro político uruguayo, viejos adversarios con quienes estuvo enfrentado. Entre los mensajes de apoyo estuvieron los del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, así como el expresidente de Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000). “Al colega Mujica, nuestra amistad y esperanza”, escribió Sanguinetti en X. Según Mujica, esta cercanía más allá de la rivalidad política “debería ser un mensaje” para el país en plena campaña por las elecciones internas que el 30 de junio definirán quiénes serán los candidatos presidenciales en la contienda electoral del próximo octubre.
“¿Miedo?”, preguntó Mujica algo sorprendido ante una consulta de la prensa. “Todo lo que nace, nace para morirse. Hay que aceptarlo. ¡Yo he tenido una suerte! Tengo balazos a patadas, perdí el bazo, tengo una enfermedad inmunológica. Estoy viviendo gratis, de qué me voy a quejar”, respondió. “Para lo que he vivido estoy bastante bien. La verdad, soy desagradecido: yo tendría que creer en Dios. Tendría que creer porque estoy vivo de milagro”, dijo en otro tramo del intercambio con los periodistas. Y añadió: “Voy a empinar el vaso de la vida hasta el último minuto. Le quiero transmitir a la gente joven eso. Dificultades siempre hay y va a haber, pero vivir es superar esas dificultades”.
Mujica fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, en el segundo gobierno del Frente Amplio (centroizquierda). Antes había sido ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (2005-2008), también senador y diputado, siempre por el MPP, que integra la coalición de izquierda frenteamplista. Forma parte de ese sector político desde 1985, tras haber pasado 13 años encarcelado en dictadura por su participación en el grupo guerrillero MLN-Tupamaros, surgido en los convulsos años 60 en Uruguay. Cuando accedió a la presidencia, en 2010, Mujica llamó la atención del mundo por su modo de vida austero, un discurso combativo y políticas progresistas que lo convirtieron en un referente indiscutido de la izquierda latinoamericana.
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