La decisión de la jueza 44 penal de Bogotá pasará a la historia. Han pasado décadas desde que un expresidente de Colombia ha asistido a un juicio penal desde el banquillo del acusado; el más reciente será Álvaro Uribe Vélez. Luego de una audiencia judicial de dos días —inició el pasado 17 de mayo y se reanudó este viernes— en la que escuchó los argumentos de la Fiscalía y la defensa, la funcionaria judicial encontró que existen razones suficientes para que el político más popular y poderoso del país en las últimas dos décadas, el que logró reformar la Constitución en su beneficio para acumular dos cuatrienios en el Gobierno (2002-2010), sea juzgado por los delitos de soborno, fraude procesal y soborno a testigos en actuación penal. Aunque los abogados defensores del exmandatario solicitaron a la jueza que declarara la nulidad del proceso, que lleva cerca de cuatro años en la jurisdicción ordinaria después de que Uribe renunciara a su fuero de senador en 2020, prevalecieron los argumentos del fiscal Gilberto Villarreal, el primero de cinco fiscales que decide realizar una acusación formal. Aunque el juicio puede durar meses o incluso años, su inicio muestra hasta dónde puede cambiar la suerte de un líder.
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