(Actualiza con le rechazo del arresto domiciliario)
Roma, 28 mar (EFE).- La italiana Ilaria Salis, encarcelada en Budapest desde hace 13 meses, volvió este jueves a aparecer en el aula del tribunal para ser juzgada con esposas en las muñecas, grilletes en los tobillos y una cadena tirada por un agente a modo de correa, lo que había ya provocado las protestas en Italia.
Exactamente como ocurrió en la audiencia del 29 de enero, la mujer, profesora de italiano, de 39 años, acusada de haber agredido a tres miembros de extrema derecha, apareció ante el juez con esposas y cadenas en la segunda vista del proceso.
Durante la vista, se denegó además la petición del abogado de la italiana de conceder el arresto domiciliario en Hungría, pues el juez, Jozsef Sós, consideró que “las circunstancias no han cambiado” y que “existe siempre el peligro de fuga”.
“Ciertamente no son modos. No creo que haya ningún peligro de fuga “, comentó el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, sobre las cadenas y pidió además “evitar politizar el caso”, en declaraciones a una televisión italiana.
En pasado, el titular de la diplomacia italiana había afirmado que “las normas relativas a la detención deben respetarse en la Unión Europea”.
“No es aceptable que un ciudadano italiano sea tratado así en Hungría. Giorgia Meloni debe ser una verdadera patriota y explicar a Viktor Orban que, o Hungría respeta el Estado de Derecho, o ningún euro de los impuestos de los italianos debe acabar en Budapest como ocurre hoy”, dijo el líder de Italia Viva y exmandatario, Matteo Renzi, en la red social X.
Mientras que le diputado del opositor Partido Demócrata Alessandro Zan, lamentó en redes sociales: “Ilaria Salis arrastrada de nuevo encadenada en la sala del tribunal de Budapest. Entre amenazas e insultos de grupos neonazis. Este es el Estado de derecho según Orban, amigo y maestro de Giorgia Meloni, que sigue guardando silencio”.
Hace algunas semanas tras una reunión con Tajani en Roma, el ministro de Exteriores hungaro, Peter Szijjarto, criticó “la injerencia italiana en le caso”.
“Esta señora, presentada como mártir en Italia, vino a Hungría con un plan claro para atacar a personas inocentes en las calles como parte de una organización radical de izquierda (…) esta señora reciba el castigo que merece en Hungría, porque nadie, ningún grupo de extrema izquierda, debería considerar a Hungría como un ring de boxeo al que pueden venir y planear matar a alguien”, escribió Szijjarto en redes sociales.
Salis originaria de la ciudad italiana de Monza (norte) lleva un año en prisión preventiva en una penitenciaría de alta seguridad de Hungría acusada de haber agredido junto a otras personas a varios neonazis durante unas manifestaciones en febrero de 2023.
Su padre, Roberto Salis, denunció entonces que es “tratada como un animal”, mientras que su abogado, Eugenio Losco, tachó ese trato como “una grave violación de la normativa europea” sobre el trato de reos y pidió al Estado italiano “acabar con esta situación inmediatamente”.
También la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, pidió a su homólogo húngaro, Viktor Orbán, que garantice “un trato digno ” y “un proceso justo” para Ilaria Salis, al margen de la cumbre europea del 1 de febrero. EFE
ccg/jac