“La Tierra está pidiendo auxilio”: ONU emite alerta roja por cambio climático y así podría afectarse Puerto Rico


La Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió este martes una “alerta roja” sobre el calentamiento global, apuntando a aumentos sin precedentes de gases de efecto invernadero y altas temperaturas en tierra y agua, lo que pone a Puerto Rico en un complicado panorama de cara a la próxima temporada ciclónica que comienza en junio.

Según se desprende del informe de la ONU, el período de 12 meses entre marzo de 2023 a febrero de 2024 fue más allá del límite de 1.5 grados de temperatura global, alcanzando un promedio de 1.56 °C (2.81 °F).

La Tierra está pidiendo auxilio”, declaró el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en el reporte, que agrega que más del 90% de los océanos experimentan condiciones de ola de calor.

Aunque esta alarmante situación supone consecuencias mundiales, en Puerto Rico es necesario poner especial ojo en este asunto ya que según explicó Ernesto Díaz, coordinador científico del Comité de Expertos del Cambio Climático (CECCPR) y también profesor universitario, hay una serie de situaciones que preceden el calentamiento en los océanos que pudieran afectarnos.

El experto detalló que con el aumento en los gases de efecto invernadero, como señala la ONU que ha ocurrido, los océanos absorben el exceso de calor que generan esos gases.

“Una vez se almacena el calor en el océano, ahí tenemos una serie de situaciones que nos comprometen”, dijo Díaz.

Según continuó detallando, las consecuencias que podría dejar este fenómeno en Puerto Rico estarían relacionadas a:

– Mayor intensidad en tormentas y huracanes

– Aumento en el nivel del mar

– Posibilidad de mortandad en arrecifes de corales

“Prospectivamente, vamos a enfrentar fenómenos como ciclones, ciclones tropicales, huracanes, mucho más intensos debido a ese aumento en la temperatura oceánica. Eso está garantizado”, dijo.

Anticipando ese escenario, científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y de la First Street Foundation propusieron en febrero una nueva categoría para clasificar los huracanes, la categoría seis (6).

La escala actual que clasifica los huracanes (la llamada escala Saffir/Simpson) abarca cinco categorías: desde el 1, que suele causar daños mínimos con vientos de hasta 82 nudos (150 kilómetros por hora), hasta el 5, que puede ocasionar daños catastróficos con vientos que alcanzan los 135 nudos (250 kilómetros por hora).

Esa nueva categoría buscaría abarcar los huracanes que alcancen vientos superiores a los 300 kilómetros por hora, o lo mismo que más de 180 millas por hora.

Esta semana, el representante de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para Norteamérica, Latinoamérica y el Caribe, el ecuatoriano Rodney Martínez, advirtió que esta nueva temporada ciclónica que se avecina podría ser peor que la anterior. Según dijo, cuando el Pacífico está frío los huracanes tienden a hacerse más frecuentes en el Caribe y “parece que esa condición se podría darse en 2024″.

A esa mayor intensidad en ciclones como consecuencia de las altas temperaturas que experimentan los océanos, se sumaría un aumento en el nivel del mar. Y es que aunque generalmente se suele asociar con fenómenos como el deshielo de glaciares -algo que no existe en Puerto Rico-, Díaz apuntó a que simplemente las altas temperaturas pueden aumentar el nivel de los océanos.

Según explicó, ese fenómeno se da porque “el aumento en el calor y el almacén de calor en la columna de agua en los océano produce la expansión térmica de la molécula de agua”.

Aquí la lista sugerida por el NMEAD.

“Entonces, al expandirse, contribuye también a aumentar el nivel del mar… El aumento en la temperatura atmosférica, transferido al océano, contribuye directamente al aumento del nivel del mar”, sentenció.

En Puerto Rico, instalaciones de suma importancia como el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín (AILMM) se verían gravemente afectados por el aumento en el nivel del mar. Expertos sugieren que el principal aeropuerto del país podría incluso quedar inoperante ante la invasión de las aguas.

La tercera consecuencia que esta alerta roja podría suponer para Puerto Rico está relacionada a los arrecifes de coral. Díaz mencionó que las altas temperaturas afectan gravemente los arrecifes de coral, provocando un fenómeno que se le conoce como “blanqueamiento”.

El blanqueamiento de los arrecifes de coral es un proceso en el que estos expulsan las algas simbióticas que suelen utilizar para alimentarse. Esa pérdida provoca un debilitamiento del coral e incluso, podría provocar su muerte.

En Puerto Rico los arrecifes de coral suponen un rompe olas natural, además de ser el hogar de múltiples organismos.

En el 2019, la entonces administración de Ricardo Rosselló Nevares aprobó la Ley 33, para la “Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático de Puerto Rico”. El estatuto establece que para controlar los gases de efectivo invernadero que provocan la alza en temperaturas que luego va a los océanos, se dejaría de quemar carbón como fuente de energía, y pasaríamos a utilizar energía renovable.

En Puerto Rico el sector energético es el que más gases de efecto invernadero provoca con un 52%.

La meta indicaba que la isla debía producir el 40% de su energía de fuentes renovables para el 2025 y el 100% para el 2050. La meta del 2025 está lejos de cumplirse, pues a solo 12 meses de vencer, según el portal de Genera PR, que entró a operar la generación de energía eléctrica en Puerto Rico en julio de 2023, solo un 4% de la energía viene de fuentes renovables. A esa cifra, en cuestión de carga, debe sumársele otro 2% que se atribuye a la carga de sistemas que se han instalados individualmente en hogares puertorriqueños.

Con la suma de ambos datos se puede concluir que Puerto Rico produce alrededor del 6% de la energía que consume de fuentes renovables.

“No estamos en vías a alcanzar ni la meta de 2050. Por lo menos, a corto plazo, las metas intermedias que se habían establecido, no se han cumplido”, finalizó diciendo Díaz.

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