México ha expresado su rechazo a la ofensiva de Israel en Rafah, al sur de Gaza. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha condenado el ataque y ha externado “su profunda preocupación por las consecuencias catastróficas que tal avanzada puede significar para la vida de miles de civiles”. “Los ataques en contra de la población civil constituyen una seria violación a las normas del derecho internacional humanitario”, señaló la Cancillería en un comunicado este martes, en el que llamó a un cese al fuego inmediato e hizo votos para que se mantenga la entrada de ayuda humanitaria en territorio gazatí.
La importancia estratégica de Rafah es que está en los límites con Egipto y ha sido el principal punto de entrada para la ayuda humanitaria en Gaza durante la guerra. El Gobierno de Israel anunció que ya tomó el control del paso fronterizo, crucial para el abastecimiento de suministros básicos, como combustible, medicinas y comida. México ha insistido en que es urgente que los apoyos de la comunidad internacional alcancen a la mayor cantidad de habitantes posibles para que “se evite la agudización de la tragedia humanitaria”.
Relaciones Exteriores ha enfatizado que frenar las hostilidades es clave para un “entendimiento pacífico y definitivo” y que el cese al fuego tiene que ser observado y respetado por todas las partes involucradas. Hamás, que controlaba la Franja de Gaza antes del conflicto y lanzó una operación el pasado 7 de octubre que detonó la respuesta israelí, había accedido esta semana a una propuesta promovida por Egipto y Qatar, pero las condiciones del acuerdo no fueron aceptadas por el Gobierno de Benjamin Netanyahu, que pidió la evacuación de Rafah un día antes de iniciar los bombardeos. La ciudad es considerada como el último bastión de Hamás. El ciudadano mexicano Orión Hernández permanece retenido por la milicia islamista desde hace siete meses.
“México seguirá pugnando en el ámbito multilateral, y en particular en el sistema de Naciones Unidas, por la fórmula de los dos Estados, como la única solución estructural para resolver el conflicto palestino-israelí”, señaló la Cancillería. A finales de abril, la SRE emitió otro posicionamiento en el que ratificó que busca “una solución integral y definitiva del conflicto, bajo la premisa de dos Estados, que atienda las legítimas preocupaciones de seguridad de Israel y permita la consolidación de un Estado palestino, política y económicamente viable, que conviva con Israel dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas, de conformidad con el derecho internacional”.
En aquella ocasión, México rechazó sumarse a una documento impulsado por Estados Unidos y apoyado por otros 17 países, entre ellos Argentina y Brasil, en el que se exigía la liberación de los rehenes en manos de Hamás como condición necesaria para poner fin al conflicto y aumentar los flujos de ayuda humanitaria. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador dijo que apostaba por canales de intermediación propios para garantizar el regreso de Hernández a casa. “[México] privilegia sus esfuerzos de liberación por medio de gestiones confidenciales y considera que pronunciamientos públicos y colectivos como el comunicado conjunto suscrito por los 18 países, puede prejuzgar las gestiones en curso con varios países y organizaciones de Medio Oriente”, zanjó. Otros dos marineros mexicanos fueron capturados por rebeldes huthíes en el Mar Rojo, en represalia por la ofensiva de Israel.
México ha sido uno de los primeros países latinoamericanos en posicionarse tras la última incursión del Ejército israelí. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha instado a Israel a detener los ataques y ha advertido de que “un asalto a Rafah sería un error estratégico, una calamidad política y una pesadilla humanitaria”. El alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, manifestó su preocupación por la muerte de civiles y lamentó que “no hay zonas seguras” en Gaza. Egipto señaló que la última ola de ataques complica las negociaciones diplomáticas para poner fin al conflicto.
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