Psicodelia cósmica, danzón y electrorock: Titán retorna con ‘Nave Nodriza’



Titán es un ente que, desde que surgió en la escena musical mexicana en 1992, nunca se fue, pero tampoco volvió. Desde que comenzaron a hacer música, Julián Lede y Emilio Acevedo, dos de sus integrantes, siempre les ha gustado la apropiación, la idea de recopilar sampleos, como quien toma algo de la basura, lo recicla y le da un nuevo sentido. A más de 30 años y con lo que podría parecer contradictorio, la agrupación permanece como una banda intermitente y eterna. En su más reciente retorno, traen consigo a Nave Nodriza, su más reciente producción, que trae consigo psicodelia cósmica, danzón y el electrorock que siempre los ha caracterizado.

Su nuevo álbum, que sale siete años después de Dama (2016) —que a su vez tuvo una separación de 11 años con la placa discográfica Titán (2005)—, lo han hecho en sus términos, sin presiones y cuando la vena creativa los volvió a llamar a continuar con una propuesta que en su momento fue calificada como “poco convencional”, una mezcla de electrorock con toques experimentales, pero que con el paso de los años se ha vuelto en su sello distintivo que logró que su musica se popularizara, pero que a la vez les otorgó una denominación de banda de culto.

“No me molesta en lo más mínimo, pues tampoco sé qué significa exactamente eso [risas], para mí lo que es interesante es poder seguir trabajando y pues también como teniendo un público nuestro, a mi nicho, que le interese estos desarrollos musicales que hacemos. Más allá de volvernos un grupo súper famoso o pues tener un muchísimo billete, en la medida en la cual podamos seguir trabajando de la manera en que nos gusta, es lo mejor que me puede pasar en la vida”, afirma Lede a través de una videollamada.

Nave Nodriza, que según Lede retorna a los orígenes de la banda, conjuga elementos de dance, electrorock, tintes de pop, sonidos computarizados, diálogos extraídos que “invitan a bailar en el apocalipsis” y toques retrofuturistas. Todo en una columna vertebral dentro de un “laboratorio alienígena” que prepara un viaje a Acapulco o a otro planeta; y que no pierde el humor ácido de la banda.

“Hay un coqueteo musical bastante fuerte con esta idea de hacer contacto con otros planetoides como este, a ver si nos logran salvar [risas]. Adicionalmente, tiene un elemento muy clásico de Titán. Quisimos volver a la meca, pero extendiéndonos y jugando con elementos que antes no lo habíamos hecho, como adentrarnos un poquito más por ese lado del paisaje sonoro. Montamos nuestro estudio, sin taxímetro, nos quedamos dando vueltas y nos pudimos tomar el tiempo necesario para poder decir lo que queríamos”, afirma.

Suéltame que juega con ruidos computarizados y diálogos de la telenovela Rubi (2004) y la voz de la actriz Itati Cantoral, conocida por interpretar a Soraya Montenegro en el culebrón María, la del barrio (1995); o El Predicador, con riffs de guitarra, batería y el sermón de fondo del niño predicador Nezareth Castillo; así como Baby’O, con sus sintetizadores que evocan a las viejas memorias de Acapulco y a la discoteca de nombre homónimo, son algunas de las composiciones que evocan la experimentación y los tiempos de trabajo que se toma la banda para desarrollar un disco en tiempos en los que se ha normalizado la publicación y saturación del mercado con sencillos.

“Para mí la música es como respirar, en el sentido de que no puedes estar expirando todo el tiempo. Si todo el tiempo estás sacando aire, va debilitando poco a poco el flujo. Estos espacios que nos tomamos, entre disco y disco, creo que son buenos para poder agarrar fuerza de nuevo, como para que cuando nos veamos pues sea contundente lo que queremos plantear y que realmente tengamos algo que decir”, agrega.

Por esta misma filosofía de la banda, no fue compleja la incorporación de Yamil Rezc, quien renueva la alienación de Titán en remplazo de Jay de la Cueva. Rezc, que trabajó como productor de Julieta Venegas para distintos álbumes, además de colaborar con la banda sonora de 007: Spectre y La casa de las flores, no es un desconocido para Titán y su incorporación, según Lede, se produjo “de una manera muy natural”.

“Desde los principios de la banda lo conocemos. Tenemos los mismos gustos musicales y eso ayuda un montón a compaginar en muchas cosas. La sensación fue como como si hubiera sido de la familia desde siempre y por otro lado, como es un productor experimentado y ha trabajado con muchas bandas, pues para él también digamos integrarse es fácil y entender la psicología del grupo. La verdad es que fue un todos ganamos”, precisa.

El debut de Titán con su nuevo integrante y con el disco a estrenar tiene emocionad a Lede. ”Se va a poner bueno el asunto”, afirma. Será este sábado en el evento musical Noche de Primavera, en Ciudad México, junto a otras bandas como los colombianos Aterciopelados o la faceta solista del regiomontano Jonáz, quien pertenece a la popular banda Plastilina Mosh.

Parte de la nueva propuesta de la banda incluye una apuesta por la inteligencia artificial para la creación de los videos de las nueve canciones que componen a Nave Nodriza más tres bonus tracks. Admite que comenzaron a robar imágenes de distintos sitios y que más que sumarse a la moda de la tecnología, fue una necesidad.

“Cuando terminamos ese pirataje de imágenes nos dimos cuenta que no íbamos a poder sacarlas de esa manera ni subirlas en línea. Eso nos llevó a la inteligencia artificial y ver cuál era la traducción o el blanqueamiento de capital que podría hacer. Siempre nos ha gustado la apropiación, la idea de trabajar con sampleos es esa. Fue como una chamba igual de cabrona que la grabación del disco y de la cual estamos extremadamente orgullosos”, concluye con una sonrisa satisfactoria.

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