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Hola queridos lectores:
Estos días han estado marcados por un hecho sin precedentes en Chile, de esos que sellan un antes y un después. Y que ha empujado a que la ministra del Interior, Carolina Tohá, pronunciara cuatro veces la palabra nunca en una misma frase apenas se enteró: “Es un atentado que tiene características que no habíamos visto nunca. Nunca habíamos visto este nivel de crueldad. Nunca habíamos visto este nivel de alevosía. Nunca”.
Ese atentado nunca antes visto, y que el presidente Gabriel Boric calificó de “terrorismo”, es el asesinato a sangre fría de tres carabineros, que tenían entre 29 y 43 años, que fueron baleados y hallados quemados dentro de su camioneta de patrullaje, blindada, cuando iban a realizar el control de una medida cautelar la madrugada del 27 de abril en la ruta P-72 S que une Tirúa con Cañete, en la provincia de Arauco. Es un crimen que ha marcado un hito y un punto de inflexión en la escalada de violencia que se vive hace más de una década en esta zona centro-sur de Chile y que ha cruzado ya a varios gobiernos.
El triple homicidio ha ocurrido el 27 de abril, cuando Carabineros conmemoraba su aniversario 97º y en un país todavía impactado por el crimen dos semanas antes de otro policía, Emmanuel Sánchez, de 27 años, en el municipio de Quinta Normal, en la Región Metropolitana de Santiago. Fue asesinado frente a su esposa y su hijo de tres años y uno de los cuatro imputados, como contó el periodista Sebastián Dote, huyó por cinco países hasta que fue capturado en Colombia.
El impacto que ha provocado el homicidio de los funcionarios Carlos Cisternas Navarro, Sergio Arévalo Lobo y Misael Vidal Cid ha sido relatado por mi compañera Rocío Montes en tres distintos momentos en EL PAÍS. No solo ha contado que los tres poderes del Estado viajaron hasta la zona para acompañar a sus familiares; también los chilenos “han salido a las calles de diferentes ciudades del país para manifestar su repudio y para rendir un último homenaje a los nuevos mártires de la institución”. El sector donde ha ocurrido la emboscada en la macrozona sur del país es considerada una zona roja que lleva dos años bajo estado de excepción constitucional, con presencia de las fuerzas armadas. Allí la violencia rural y los atentados de grupos radicales, en medio del conflicto por las tierras ancestrales del pueblo mapuche, ha derivado a otros delitos, entre ellos el tráfico y robo de madera.
El asesinato de los tres funcionarios coincidió con un complejo momento político y judicial, en la víspera de que la Fiscalía formalizara el 7 de mayo la investigación en contra del general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, por el delito omisivo de apremios ilegítimos y homicidio durante el estallido social de octubre de 2019. Tras el atentado, el Gobierno de Boric, que sostenía la tesis de que los funcionarios de confianza del presidente no pueden seguir en sus funciones si se formaliza una indagatoria, ratificó a Yáñez, en contra de la opinión del Partido Comunista, su aliado en el Oficialismo. El lunes, el Ministerio Público suspendió la audiencia hasta octubre.
Hoy la investigación es liderada por Roberto Garrido, un fiscal especializado en causas de alta complejidad en violencia rural en la macrozona sur. Y el Gobierno ha adelantado que “ya hay pistas” para dar con los responsables.
Otras historias
Gracias por recibirnos en su buzón. Aquí, más abajo, les dejamos un puñado de las mejores piezas de la semana publicadas por EL PAÍS Chile.
- La carretera P-72, que une Cañete y Tirúa, en la región del Biobío, donde fueron hallados los tres carabineros que fueron asesinados el 27 de abril, lleva más de una década como blanco de atentados, por lo que se le considera la ruta más peligrosa de Chile. Mi compañera Antonieta de la Fuente cuenta cómo son sus caminos y por qué se convirtió en una zona roja.
- La periodista Antonia Laborde entrevistó al destacado actor chileno Alfredo Castro, recién galardonado con el Premio Platino por su interpretación de Salvador Allende en la serie ‘Los mil días de Allende’. Le contó que ha decidido mudarse de Santiago a España el próximo año y que busca en Madrid no sentirse “lleno de odio en las calles”.
- En el Encuentro Nacional de Empresas (Enade), el principal cara a cara entre el Ejecutivo y el mundo empresarial del 25 de abril, el presidente Gabriel Boric intentó recomponer el diálogo con el sector privado chileno tras tensas semanas de críticas cruzadas, en las que el Ejecutivo dejó caer que había un sesgo de los empresarios hacia la Administración de izquierdas. Antonia Laborde reporteó allí y cuenta cómo fue la cita. También entrevistó a Ricardo Mewes, líder de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), quien le dijo que, tras oír el discurso del mandatario, espera que “sea un antes y un después para que unos y otros nos quitemos los estigmas”.
- Aldo Schiappacasse, periodista y columnista deportivo de EL PAÍS, estuvo en el archipiélago de Juan Fernández reporteando un hito: un partido en el fin del mundo que inauguró de la Copa Chile entre el seleccionado local versus Wanderers, el club más antiguo de la liga. Es dos crónicas llenas de color y en un día soleado, Aldo cuenta que el duelo fue presenciado por los casi mil habitantes de la isla “que llevaron junto a sus banderas lienzos para impulsar la construcción de un nuevo colegio”, pues el el anterior fue arrasado por el maremoto del 2010. “El seleccionado local desafió con dignidad a un cuadro profesional para clamar por mejores condiciones de vida”, dice. Y aunque los locales perdieron, “tuvieron el más feliz de los finales”.
- El juicio oral a Los Gallegos en Arica, en el extremo norte chileno, es el primero que en Chile a una banda transnacional de crimen organizado. Por la peligrosidad del grupo, considerado en tentáculo del Tren de Aragua, nunca antes una audiencia judicial había tantas medidas de seguridad y complejidades: hay un fiscal amenazado que se cambió de región y el Poder Judicial borró los antecedentes personales de todos los jueces de Arica. Reporteé cómo fueron sus comienzos y cuál fue la primera pista que los delató: el pinchazo telefónico a dos traficantes chilenos que revelaron que en Cerro Chuño tenían una casa de torturas. Fue el dato que permitió el hallazgo de tres hombres que fueron sepultados vivos.
Muchas gracias queridos lectores. En una semana más, estaremos nuevamente en sus buzones.
Un abrazo.
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