Rara vez el espectador conoce lo que ocurre detrás de cámaras de una producción. Chona, la puerca asesina (1990) se hizo en color sepia, porque la cámara se dañó, a uno de los actores le abarrotaron las hormigas mientras grababa una escena y se hicieron efectos especiales de humo con extintores de fuego. La primera película puertorriqueña hecha para televisión se grabó en cuestión de horas y se completó el mismo día de su estreno en San Valentín. A la vez que se transmitía la primera media hora por Wapa, se editaba el resto.