Esta semana recibieron el permiso para operar en Cuba otras 64 nuevas Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes). A propósito, el Ministerio de Economía y Planificación (MEP) reveló que con las más recientes aprobadas suman casi 11 mil hasta este momento.
Todas las aprobadas esta vez son empresas de gestión privada. La mayoría de ellas se encargarán de actividades de servicios gastronómicos, transporte de pasajeros y de carga. Asimismo, destinarán sus actividades al mantenimiento y reparación de vehículos automotores y motocicletas.
Por ejemplo, dos de las recientemente aprobadas se ocuparán de clasificar, distribuir, transportar y entregar mercancías provenientes del exterior contratadas a una entidad estatal. Otras, en tanto, brindan servicios de construcción, renta de viviendas, habitaciones y espacios. Del mismo modo, fabrican ropa y calzado, hacen programación informática, y elaboran piensos.
El regreso de las Mipymes
Las Mipymes regresaron con urgencia al panorama económico de la Isla para “intentar” importar todo lo que el estado no pueda, por varias razones. En septiembre del año 2021 se aprobaron medidas que otorgaron la posibilidad de crear una Micro, Pequeña o Mediana empresa.
Las Mipymes cubanas están reconocidas como unidad económica con personalidad jurídica con características propias. Estos negocios pueden ser estatales, privados o mixtos.
Por razones conocidas, dichas compañías no tienen autorización para operar en áreas priorizadas como la salud, las telecomunicaciones, la energía, la defensa y los medios de comunicación.
Las Mipymes, como actores económicos en la Isla, coexisten con las empresas estatales, las cooperativas no agropecuarias y los trabajadores por cuenta propia. Ahora suman, en total, 10 mil 927 negocios oficiales en toda Cuba.
Desde su creación, las Mipymes no han estado exentas de críticas. Por ejemplo, los consumidores en Cuba denuncian, de manera constante, los altos precios de venta de los productos.
Otra denuncia común es que algunas solo cobran a sus clientes mediante dinero en efectivo, un aspecto que limita sobremanera su aceptación en los barrios y comunidades.