Entrevista con Iván Duque sobre la propuesta de constituyente del presidente Petro


En entrevista con EL TIEMPO, el expresidente Iván Duque habla sobre la idea de su sucesor, Gustavo Petro, de convocar una asamblea nacional constituyente. También respondió a las acusaciones de corrupción del primer mandatario contra su administración.

¿Cómo recibió usted el mensaje del presidente Gustavo Petro sobre convocar una asamblea nacional constituyente?

No hay duda de que el Gobierno está siguiendo un libreto propio de los gobiernos promovidos por el Foro de São Paulo y el llamado socialismo del siglo XXI, que busca la perpetuación en el poder y la represión de las instituciones independientes. El mecanismo propuesto es un proceso constituyente sin acudir a los procedimientos constitucionales porque no tienen ni las mayorías ni el tiempo.

El expresidente durante la inauguración del Centro Iván Duque para la Libertad y la Prosperidad.

Foto:Sergio Gómez. EL TIEMPO

Me temo que la estrategia es inducir una crisis para luego buscar un mecanismo excepcional que se pase por la faja la Constitución y que lo sustente una confrontación social entre sectores afines al Gobierno e instituciones como el Congreso. Estamos ante una amenaza al orden constitucional.

¿Usted lo veía venir? ¿Cree que el presidente Petro en algún momento de su mandato iba a comenzar a hablar de una constituyente?

Es parte del libreto. Esto es una obra en distintos actos. Primer acto: suavidad y discurso de unidad nacional mientras se adelantan purgas en las Fuerzas Armadas, se intimida a las empresas y se cooptan sectores políticos. Segundo acto: se presentan reformas radicales, se confirman gabinetes de activistas, se asfixian sectores “enemigos” y se culpa a las instituciones de “no querer el cambio” para justificar la confrontación.

Tercer acto: se utiliza la bandera de lucha contra la corrupción para iniciar una cacería de brujas y se activa la fase de represión empresarial, confrontación con los medios y se busca la captura de organismos de control. Cuarto acto: se inicia la perpetuación en el poder apelando al poder constituyente y se genera la búsqueda de un estallido de confrontación entre el país político y el país nacional. Ahí vamos y es el mismo libreto de Chávez, Ortega, Maduro, Evo, Correa, etc. Por eso, las instituciones deben mostrar su solidez o habremos perdido el país.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, en su discurso en Cali sobre la constituyente.

Foto:Presidencia

¿Usted cree que el país necesita una constituyente?

No. La Constitución de 1991 tiene mecanismos ordinarios de reforma. Una constituyente busca la revocatoria del Congreso y las altas cortes para unificar sus criterios en una ideología de gobierno altamente represiva. Esa es la partitura que acabó con Venezuela. Se basa en decir: “Todo el pasado fue corrupto, las mafias eran dueñas de todo, llevamos doscientos años de unos…” para justificar una supuesta purga ética de la sociedad y por ahí desmantelar las instituciones.

El Gobierno lleva casi dos años y está acabando con la salud para nacionalizarla por la puerta trasera, está acabando con el sector minero-energético, con la industria y así con varios sectores para desatar una crisis que les permita por medios extraordinarios justificar su revolución constituyente.

Las instituciones deben mostrar su solidez o habremos perdido el país

¿Cómo analiza usted la reacción de Germán Vargas Lleras, quien dice que la convoque?

Hay personas que ven en una posible elección un espacio para confrontar el desastre del Gobierno, pero no podemos ser ingenuos como país. La democracia no se puede volver un casino para jugar a la ruleta. De esas aventuras solo queda la destrucción. Así lo narran los venezolanos; con la constituyente de Chávez se perdió Venezuela.

¿Cuáles son los riesgos de hacer una constituyente?

El interés de desmontar el orden institucional. Hacer una constituyente con los procedimientos constitucionales establecidos es algo imposible para el Gobierno, por eso quieren pisotear esos procedimientos.

El Presidente dijo, en entrevista con el director de EL TIEMPO, Andrés Mompotes, que esa constituyente de la que habla no es para buscar reelegirse. ¿Le cree?

No le creo. Al gabinete le dijeron que “sin confrontación no hay cambio”, según han dicho en reuniones sociales miembros del gabinete que salieron por diferencias con el Presidente. Hoy hay un gabinete de activistas buscando confrontación y cacería de brujas para activar la fase represiva de la partitura.

Además, sin siquiera completar dos años y sin resultados, ya hablan de reelegir el gobierno. En cuatro años harán mucho daño, en ocho acabarán con todo el orden institucional. Ese es el plan.

También dijo que su idea no está relacionada con las reformas actuales. ¿Qué opina?

Las reformas actuales han fracasado porque son adanistas y pobresistas. Adanistas porque el Gobierno piensa que están dirigiendo la creación y refundando todo, y pobresistas porque van a empobrecer a Colombia. Por eso no caminan y ahora nos vienen con el cuento de que hay que reformar la Constitución. Ese es el caballito de confrontación electoral para salvar un gobierno sin gerencia.

En esa entrevista también habló de usted. A propósito de una pregunta sobre su compromiso de no convocar una constituyente, que firmó en mármol en 2018, dijo: ‘La foto que me tomaron con (Antanas) Mockus fue en 2018, perdimos y esa es la realidad. Luego asumió Duque y su gobierno representó la entrega del Poder Ejecutivo a las mafias. Ante tal situación, es imperativo tomar medidas. En cualquier área que reviso, en la que me involucro, encuentro expoliación y robo y, lamentablemente, la Fiscalía no investigó, ya sabemos por qué’. ¿Qué le responde?

Nuestro gobierno luchó frontalmente contra la corrupción. Movimos importantes reformas como la obligatoriedad en la publicación de la declaración de renta de los funcionarios públicos, el fortalecimiento de plataformas tecnológicas como Secop y Paco, también medidas de transparencia en la contratación pública como la eliminación de los pliegos sastre. Igualmente, se impulsó la eliminación de la casa por cárcel para los corruptos y se fortalecieron las causales de inhabilidad para la contratación con el Estado a empresas sancionadas por corrupción, entre otras.

Además, siempre les dije a todos los funcionarios que nuestra línea era la cero tolerancia con la corrupción y en ese sentido he sido respetuoso de la presunción de inocencia de quienes enfrentan procesos, pero si algún funcionario cometió actos de corrupción, le debe caer todo el peso de la ley.

Dicho esto, no podemos ser ingenuos en la partitura de los gobiernos del Foro de São Paulo, donde existe la guerra moral contra los contradictores en la que se busca la fabricación de acusaciones de corrupción y de supuestas impunidades para justificar la represión. Las instituciones deben estar sólidas para impedir ese tipo de prácticas en Colombia soportadas en manipulaciones de los aparatos de inteligencia como ha ocurrido en Venezuela, en la Nicaragua de Ortega, la Bolivia de Evo o el Ecuador de Correa.

En cuanto a las tales “mafias”, nuestro gobierno las enfrentó, golpeó o extraditó, como hicimos con ‘Guacho’, ‘Uriel’, ‘Fabián’, ‘Otoniel’, ‘los Pelusos’, ‘Caparros’, Eln, Farc, etc. Por el contrario, es en este gobierno en el que se les protege y se ha reducido la lucha contra el narcotráfico a su mínima expresión.

¿Cree usted que con ese mensaje el presidente Petro desiste de tramitar las reformas sociales que usted ha calificado como pobresistas?

Es que el Gobierno quiere imponer reformas y en el Congreso se hacen acuerdos y se forman consensos. Si hay apertura a consensos y todos los sectores enriquecen las discusiones sin desmontar los foros del país en décadas, el camino es institucional. Como el Gobierno quiere imponer las cosas no salen porque no queremos perder la salud, el empleo y las pensiones. Si el Gobierno quiere reformas chambonas, a la brava, las reformas no pasarán.

¿El presidente Petro está en campaña?

Claro. En campaña electoral para perpetuarse él o por interpuesta persona y en campaña contra el orden constitucional.

¿Usted cree que el Congreso apoyará una constituyente?

No lo creo. El Congreso no va a ser el sepulturero de nuestra democracia.

Políticamente, ¿cree que el presidente Petro tiene la fuerza para sacar adelante una constituyente?

No. Por eso la quiere mover con confrontación y sin cumplir los procedimientos constitucionales.

¿Cuál será el Petro que veremos en los siguientes meses?

El más radical, el más soberbio, el más agresivo y el más parecido a Chávez. Tal vez, el verdadero Petro.

MATEO GARCÍA – REDACCIÓN POLÍTICA



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