López Obrador: “No podemos quedarnos callados ante la injusticia que se cometió al destituir a Pedro Castillo”


López Obrador habla sobre Perú, en mayo de 2023.
López Obrador habla sobre Perú, en mayo de 2023.Moisés Pablo Nava (Cuartoscuro)

El presidente López Obrador ha vuelto a cargar contra el Gobierno de Perú, por la destitución de Pedro Castillo en 2022. Ante las preguntas de un periodista en su conferencia de este lunes, sobre la posibilidad de un encuentro con el presidente de Argentina, Javier Milei, López Obrador dijo que no tenía planeado invitar a más presidentes o primeros ministros en lo que resta de su sexenio, y aseguró que mantiene un diálogo permanente con todos los gobiernos del mundo. Sin embargo, sobre el que lidera la presidenta Dina Boluarte, en Perú, puntualizó: “En algunos casos sí hay discrepancias, por ejemplo, no podemos aceptar quedarnos callados ante la injusticia que se cometió al destituir al presidente legal y legítimo de Perú, Pedro Castillo. Consideramos que fue un golpe de Estado técnico”.

El mandatario mexicano ha sido cuestionado si contemplaba en los meses próximos sostener un encuentro con el presidente de ultraderecha, Milei, tras varias declaraciones hechas desde el triunfo del argentino, en las que han quedado en evidencia sus diferencias políticas. Al respecto, López Obrador ha hecho una lista de situaciones en las que habla de su Gobierno como un interlocutor “abierto al diálogo”, en el que privilegia el respeto a las soberanías. Pero al recordar a Perú, el presidente ha remarcado la excepción. “Consideramos que fue un golpe de Estado técnico [a Pedro Castillo], le llaman blando; ya no es mano dura sino mano blanda. No queremos ni la mano dura ni la mano blanda, ningún tipo de golpe de Estado. Ahí nuestras diferencias con el Gobierno de Perú, no con el pueblo de Perú, eso hay que tenerlo presente”, dijo.

La tarde del 7 de diciembre de 2022, el presidente peruano Pedro Castillo —cuyo mandato tenía un año y medio de vida— fue detenido solo tres horas después de anunciar en un discurso televisado la disolución del Congreso y decretar un Gobierno de excepción. Castillo, que asumió el poder en julio de 2021, había anunciado también una próxima convocatoria de elecciones al Congreso para aprobar una nueva Constitución. Tras su destitución y su posterior detención, López Obrador repudió el actuar de las autoridades peruanas y defendió a Castillo: “Lo fueron debilitando hasta que lograron destituirlo. Es la decisión que tomaron estas elites, yo no creo que sea lo mejor para el pueblo, lo lamento mucho por el pueblo de Perú”, declaró un día después.

“Ya no voy a invitar a muchos mandatarios. Yo ya no voy a salir. Ya faltan siete meses [para terminar el sexenio]. Entonces, no voy a invitar a presidentes o primeros ministros. A lo mejor hay alguna excepción, tampoco lo descarto, pero no tengo pensado invitar ni al presidente Milei ni a ningún otro presidente”, dijo López Obrador, este lunes. El mandatario enfatizó sobre Milei, que su Gobierno actúa con respeto a los pueblos y apuntó: “Porque aunque tengamos posturas distintas como es obvio, [Milei] fue electo por los argentinos y nosotros respetamos y queremos mucho al pueblo de Argentina, dijo.

La ruptura con Perú

La situación entre el mexicano y el Gobierno y autoridades peruanas fue cobrando tintes de confrontación. Castillo solicitó asilo en México, López Obrador le pidió al entonces canciller Marcelo Ebrard que se encargara de tramitar su recepción en la embajada en Lima y garantizar su seguridad. Pero Castillo, sin embargo, no alcanzó a llegar al sitio. En diciembre de 2022, las declaraciones reiteradas de López Obrador —quien era uno de los aliados más cercanos de Castillo en América Latina— llevaron a que el mexicano anunciara el decreto unilateral de “una pausa” en las relaciones con Perú. El presidente dijo que para su Gobierno Castillo seguía siendo el presidente; desconoció implícitamente a Dina Boluarte —quien era la vicepresidenta hasta su nombramiento para reemplazar a Castillo— bajo el principio de no intervención, y dijo que la política peruana aquejaba una “falla antidemocrática de origen”.

La Cancillería del país sudamericano, en medio de una profunda crisis política, tuvo que darse tiempo para condenar los dichos del mandatario y lo acusó de “injerencismo” en sus asuntos internos. El 22 de mayo de 2023, y tras unos cinco meses de escalada en las tensiones, se profundizó la crisis bilateral, cuando el Congreso de Perú declaró a López Obrador persona non grata. Un día después, el mexicano declaró: “Muchas gracias, muchas gracias [por declararme persona non grata], me sentiría muy mal si esos legisladores y la señora que detenta el poder me entregaran una condecoración o me aplaudieran, a lo mejor me produciría vergüenza”.

En septiembre de 2023, Obrador anunció este jueves que no asistiría al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que ese año presidía Perú. La reunión multilateral de las grandes economías de la región se realizó en San Francisco (Estados Unidos). El mandatario declaró entonces: “No voy a asistir a la [cumbre] de San Francisco porque no tenemos relaciones con Perú, es para ver lo de Asia-Pacífico y no queremos participar en eso, con todo respeto, [aunque] me mandó invitar el presidente Joe Biden”. A inicios de 2023, el mandatario se negaba a traspasar la presidencia de la Alianza del Pacífico a Perú, país al que correspondía ejercerla. López Obrador retuvo el mando del órgano latinoamericano a la espera de que se resolviera favorablemente la suerte de Castillo. “No quiero entregar a un Gobierno que considero espurio. No quiero legitimar un golpe de Estado”, dijo en su momento. Al final, el conflicto se resolvió burocráticamente: México transfirió la presidencia de la alianza a Chile, y este a Perú.

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