Qué es la Paradoja de Salomón, la razón por la cual no seguimos los consejos que damos a otros


Dar consejos es un fenómeno humano que surge de la empatía  (Imagen ilustrativa Infobae)
Dar consejos es un fenómeno humano que surge de la empatía (Imagen ilustrativa Infobae)

A todos nos ha pasado que damos un gran consejo a otras personas pero cuando se trata de aplicar esta gran sabiduría a nuestras vidas el consejo no parece tan fácil de aplicar.

Aunque quizá no conocías esta información, este fenómeno es más común de lo que parece y es por ello que el psicoterapeuta especialista en conducta, Igor Grossmann, lo bautizó como la Paradoja de Salomón.

En un determinado momento, este especialista realizó un experimento que le permitió comprobar que el tener distancia emocional sobre un acontecimiento nos permite realizar un análisis mas certero sobre cuáles serían las mejores decisiones al momento de buscar la resolución de un problema determinado.

Para esta investigación, Grossmann invitó a participantes que hubieran experimentado relaciones amorosas prolongadas. Dividió a los participantes en dos grupos: a uno se le pidió que rememoraran un evento donde su pareja los había traicionado, y al otro grupo, que relataran un incidente de traición vivido por sus mejores amigos.

La retroalimentación es algo que todo ser humano necesita pues desde fuera otros pueden tener mejor perspectiva del problema (Imagen Ilustrativa Infobae)
La retroalimentación es algo que todo ser humano necesita pues desde fuera otros pueden tener mejor perspectiva del problema (Imagen Ilustrativa Infobae)

Posteriormente, se les hizo responder una serie de preguntas diseñadas para evaluar su capacidad para razonar sabiamente acerca del futuro de dichas relaciones luego del conflicto.

Los resultados de tales pruebas encontraron que los participantes tenían mejores perspectivas y soluciones más creativas cuando relataban el incidente como algo que fue vivido por alguien externo a cuando relataban su propia experiencia.

El fenómeno fue bautizado como Paradoja de Salomón en referencia a un famoso personaje bíblico conocido como Salomón, el cual es conocido por haber sido un gran consejero pero mal tomador de decisiones.

Según las narraciones, personas provenientes de lugares remotos emprendían extensos viajes únicamente para solicitar su orientación. Él proporcionaba consejos precisos, logrando así fama y reconocimiento por sus pensamientos novedosos y perspicaces.

A pesar de ser un hombre que daba consejos sabios Salomón tomó muchas malas decisiones  (Imagen ilustrativa Infobae)
A pesar de ser un hombre que daba consejos sabios Salomón tomó muchas malas decisiones (Imagen ilustrativa Infobae)

Sin embargo, a pesar de su habilidad para guiar a otros, se le conocía también por llevar un estilo de vida cuestionable y poco ejemplar.

Cometió errores en repetidas ocasiones, se dejó llevar por una obsesión inmoderada por el dinero y las relaciones amorosas, y lo más crítico, descuidó la educación de su único hijo, lo que finalmente condujo a su reino al colapso.

Este contraste entre su sabiduría para aconsejar y su incapacidad para aplicar dicho conocimiento en su vida personal alimenta es la razón de que este fenómeno que suele ocurrir en todas las personas haya sido bautizado con el nombre de este conocido personaje, cuya habilidad para aconsejar no era equiparable a su capacidad para mejorar su propia vida.

Si deseas ser como el Rey Salomón y dar buenos consejos estos son algunos tips que puedes seguir de acuerdo con información de la charla Talk” Empaty is not endorsement”; sin embargo, recuerda tratar de seguir también tus propios consejos.

-Escucha bien antes de emitir tu opinión

-Espera a que la persona este más calmada para emitir tu consejo, sobre todo si intuyes que este no será del agrado de la persona

-En la medida de lo posible trata de entender desde que realidad está hablando esa persona, es decir, el clásico, “ponerte en su lugar”.

-A pesar de que pueda ser muy difícil trata de ser lo más honesto posible ya que muchas veces podemos no decir todo lo que en verdad pensamos por miedo a que la persona se moleste o se sienta mal. A veces lo que es mejor es lo más difícil de escuchar.

-En la medida de lo posible trata de ser congruente entre lo que aconsejas y lo que realmente harías, si sabes que algo que aconsejas sería difícil de hacer incluso para ti quizá debas buscar otra opción más viable.





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