Desde México hasta Chile, muchas hinchadas latinoamericanas suelen unirse en los Mundiales y otros torneos bajo el grito de “América Latina, menos Argentina”, un canto que deja en claro que, al menos en el fútbol, el sentimiento latinoamericano no incluye a la patria de Diego Maradona y Lionel Messi. Una de las excepciones es Perú, un país entrelazado con Argentina por una histórica relación fraternal que también se traslada a los estadios, como la bandera que la delegación peruana mostró en Buenos Aires en 1985, tres años después de la Guerra de las Islas Malvinas: “Para el Perú, las Malvinas siempre argentinas”.
La confraternidad, eso sí, se pulveriza cuando la pelota empieza a rodar: hace 17 partidos que Perú no vence a Argentina. En esa aplastante superioridad, aun con un equipo alternativo y sin Lionel Messi ni la mayoría de sus habituales titulares, la Albiceleste venció 2-0 a Perú este sábado en Miami y terminó de darle el último empujón para consumar su eliminación de la Copa América Estados Unidos 2024. Argentina, que ya estaba clasificada a los cuartos de final, se aseguró el primer puesto en el grupo A.
Los tantos fueron convertidos por Lautaro Martínez a los 2 y 41 minutos del segundo tiempo. El delantero del Inter de Italia, que ya había anotado ante Canadá y Chile, por ahora se erige como el goleador de la Copa América, con cuatro tantos. Incluso la diferencia en el resultado podría haber sido mayor sino fuera que Leandro Paredes erró un penal, también en el complemento. En lo que va del siglo XXI, Perú nunca le ganó a Argentina: su última victoria fue 2-1 en la Copa América, en Bolivia en 1997.
En búsqueda de defender el título ganado en la última edición de la Copa, la de Brasil 2021, el equipo de Messi ganó con puntaje ideal y sin haber recibido goles el primer puesto en el Grupo A (9 unidades, +5 en diferencia de gol). Su próximo paso serán los cuartos de final este jueves en Houston contra el segundo de la zona B. El rival del también vigente campeón del mundo seguramente saldrá del duelo de este domingo entre Ecuador (3 puntos, +1 en diferencia de gol) y México (3 puntos, 0), mientras que a Venezuela (6 puntos, +2) le alcanzará un empate ante Jamaica (0, -3) para asegurarse el primer lugar y evitar a la Albiceleste.
Perú (1 puntos, -3) ni siquiera cumplió su parte, la de ganar, para esperar el otro partido que también definía sus chances, el Canadá 0 – Chile 0 que les dio el segundo puesto a los norteamericanos. El desangelado paso peruano por Estados Unidos, último en su grupo, confirma el colapso de la selección tras el alejamiento de Ricardo Gareca, el técnico que lideró la clasificación a un Mundial, Rusia 2018, después de 36 años. También última en la clasificación de la Conmebol al Mundial 2026, con sólo dos puntos sobre 18 posibles, Perú no salió de la oscuridad en Estados Unidos.
No sólo eso. La selección peruana, que en 2025 cumplirá medio siglo del último título continental que ganó (en 1975), consiguió un récord histórico negativo: por primera vez en sus 34 participaciones, finalizó su paso por una Copa América sin haber convertido goles. El problema se arrastra del ciclo anterior, el de Juan Reynoso, al punto que la selección peruana tampoco anotó en los cinco primeros partidos de las Eliminatorias al Mundial 2026, una sequía recién interrumpida en la sexta fecha, la última en jugarse hasta ahora. Pero ya bajo la dirección de Jorge Fosatti, Perú tampoco encontró soluciones ofensivas ante Chile, Canadá y Argentina.
Si la Copa América de Estados Unidos sin Messi pierde casi tanto como el fútbol sin la pelota, Argentina fue ante Perú un equipo con menos encanto y electricidad de lo habitual. El 2-0, eso sí, fue merecido y hasta pudo haber sido mayor. La Albiceleste es un equipo tan serio que incluso con un equipo de suplentes —y con jóvenes como Alejandro Garnacho o Valentín Carboni, de 19 años— le sobra ante rivales sin recambio generacional como Perú. Paolo Guerrero y sus 40 años son todo un símbolo de ese presente mustio.
En un partido con poco ritmo, acaso por el calor de Miami y un campo de juego lejos del ideal para el fútbol —como suele pasar con los estadios de fútbol americano, en este caso la casa de los Miami Dolphins—, el campeón vigente de América igual se aseguró la posesión de la pelota desde el comienzo, al punto que terminó la noche con una tenencia abrumadora del 74%. El siempre correcto Pedro Gallese evitó el gol en el primer tiempo con dos grandes atajadas, ante Paredes y Giovani Lo Celso, pero en el segundo tiempo ya no pudo impedir el doblete de Lautaro Martínez, un delantero en racha. Con cuatro goles de los cinco de Argentina en la Copa, el hombre del Inter de Italia reclama el puesto que Julián Álvarez le ganó en Qatar 2022.
Sólida en defensa —desde 1989 que no recibía goles en sus tres primeros partidos, como ahora—, Argentina es un equipo que además deja una sensación de poderío ofensivo: tarde o temprano, con titulares o con suplentes, hará un gol. Ante Perú tampoco tuvo a su técnico, Lionel Scaloni, en el banco de suplentes, suspendido por la Conmebol por haber demorado su regreso al campo de juego en los entretiempos ante Canadá y Chile, pero la presencia de su ayudante Walter Samuel no impidió un nuevo triunfo, el tercero seguido.
Lesionado en el inicio del partido anterior, ante Chile, Messi igualmente se sentó en el banco de suplentes contra Perú, aunque era sabido que no podría saltar al campo de juego. Está claro que, para el bien de Argentina y el alivio de la organización del torneo, el 10 volverá a jugar el jueves en los cuartos de final, ante México o Ecuador —Venezuela en menor posibilidad—. La incógnita es en qué porcentaje estará recuperado de la molestia que sufrió en su pierna derecha: parece difícil que llegue al 100%. Aun así, sin su mejor pieza, Argentina demostró que también gana sin Messi. Y en especial si Perú está enfrente, su amigo-víctima preferido del siglo XXI.