Zouhier, condenado por el 11M: Pido perdón a las víctimas por no haberle pegado un tiro a Trashorras



Rafa Zouhier, acusado de colaborar con los terroristas que realizaron los atentados del 11 de marzo de 2004.Agencia EFE

 

Fue condenado a diez años de prisión por poner en contacto a la célula yihadista del 11M con la trama asturiana que facilitó los explosivos. Tras salir de la cárcel, en 2014 fue expulsado a Marruecos, donde cumplió una nueva condena por tráfico de drogas. Rafa Zouhier (Casablanca, 1979) es padre de dos hijos, a los que no ve –se queja amargamente– desde hace cinco años tras separarse de su mujer, de nacionalidad española. En conversación telefónica con LA RAZÓN desde Marrakech, sigue defendiendo su inocencia y repite incansable que avisó de la venta de los explosivos. «No tengo miedo ni a la muerte ni a la cárcel», asegura con vehemencia.

Por La Razón

Veinte años después de los atentados, ¿se arrepiente de algo?

Me arrepiento de no haber detenido a Trashorras yo mismo sin confiar en que la Benemérita hiciese su trabajo. Con veinte años, después de decirme que está todo controlado, confíe en que así era. Al final me di cuenta de que no era así y me arrepiento de no haberle detenido yo personalmente.

La sentencia considera que usted no sabía que la célula islamista planeaba cometer los atentados de Madrid, pero sí era consciente del «potencial terrorista» de Jamal Ahmidan, «El Chino», y de que los explosivos podían utilizarse en acciones terroristas. Usted lo niega pero, ¿para qué pensaba entonces iban a utilizarse los explosivos?

Al denunciar en su día los explosivos a la Benemérita, pensaba que no se iban a utilizar para hacer el bien. Pero está claro también que si denuncias una y otra vez durante todo el año 2003, meses antes de que pasara la masacre, que los explosivos se van a vender, confías en que se detenga esa venta de explosivos. Yo era un delincuente, un vendedor de hachís y no quería que pasara nada, porque eso afecta a mi negocio, a la alarma social y a la gente, porque se matan inocentes. Está claro que no hacía falta.

Aunque como confidente avisó a la Guardia Civil en marzo de 2003 de que Suárez Trashorras y Antonio Toro querían vender 150 kg de Goma 2, ni una sola vez antes del 11M alertó de sus contactos con «el Chino».

No me considero un confidente de la Guardia Civil. Yo avisé de los explosivos y veinte años después no hay nadie que diga lo contrario.

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